Por Mauricio Brochet.
En el corazón del vibrante Carnaval de Barranquilla, reside una figura central cuya pasión y dedicación han dado forma al alma festiva de la ciudad durante décadas. Mónica, directora de la comparsa “Torito en Carnaval”, encarna la esencia misma de esta celebración colorida y enérgica. Por más de 30 años, Mónica ha sido un pilar fundamental en la escena cultural de Barranquilla. Su compromiso con el carnaval va más allá de organizar desfiles; es una devoción arraigada en su ser, una pasión que ha impulsado su vida y carrera.
―Yo tengo tantos roles dentro del carnaval que habría que mirar muy bien eso: trabajo con la Universidad del Atlántico, soy docente de planta. Tengo un grupo de investigación también y estoy trabajando en la Facultad de Educación y en Bellas Artes. Entonces, mi cotidianidad en el carnaval se asocia como en varios frentes. Yo trabajo para Carnaval [la empresa] haciendo la producción artística de los desfiles.
Pero el camino de Mónica hacia el liderazgo en el carnaval no fue sencillo. Criada en una familia cristiana que veía con escepticismo las festividades, Mónica tuvo que desafiar las expectativas sociales y familiares para seguir su verdadera pasión: la danza.
―Entré a las actividades del carnaval por Carlos Franco, porque yo vengo de una familia que son cristianos y no comulgaban mucho con el tema del carnaval. Entré a bailar con 16 años y desde ahí empieza mi participación activa como bailarina de una comparsa.
Desde sus modestos comienzos como bailarina en una comparsa local, hasta convertirse en directora artística y académica, Mónica ha superado obstáculos con gracia y determinación. Por eso, resalta a la danza como el proyecto de vida que siempre tuvo en mente, así como su evolución de bailarina a directora de comparsa y a investigadora cultural. “Siempre hay muchas cosas que aprender”, resalta Lindo.
Su papel como directora de “Torito en Carnaval” trasciende la mera organización de eventos. Lindo es también una educadora comprometida, compartiendo su conocimiento sobre danza y cultura en la Universidad del Atlántico. Su labor investigativa ha enriquecido el patrimonio cultural de Barranquilla y Colombia.
Sin embargo, el éxito de Mónica no ha estado exento de desafíos. La falta de presupuesto y apoyo gubernamental han sido obstáculos constantes. Pero Mónica ha demostrado una habilidad innata para adaptarse y encontrar soluciones creativas.
“Siempre los sectores se quejan de que no hay presupuesto, de que no hay equidad, de que no hay igualdad. Y bueno, entre todos los sectores que tiene el país (económico, social, político, etc), el cultural siempre ha sido los que históricamente ha estado más afectado.”
Mónica ha impactado la vida de muchas personas, inspirando a jóvenes bailarines y promoviendo la inclusión social a través del arte. Su compromiso con el carnaval va más allá de los días de celebración; es una dedicación constante que impregna cada aspecto de su vida.