Los picós, grandes y coloridas cajas de las que emerge música,son uno de los elementos más representativos de la cultura costeña. Estos sistemas de sonido son una parte importante de la identidad cultural, alestablecer espacios de interacción social y creando un símbolo de mezclas entre grupos. A pesar de su relevancia culturalse cree que enlos espacios que convocan estos equipossonpropensos para el crimen.
La asociación con violencia, hurtos, expendio de drogas, alcohol y demás ha generado un distanciamiento entre la comunidad picotera y la sociedad, quienes perciben estos eventos como “peligrosos”.
Para quienes estos aparatos son parte de su cotidianidad esta percepción es un poco más compleja y es vista como un evento aislado. “La violencia se presenta más en festividades en las que hay demasiadas personas, que llevan días de borrachera. En los bazares, de vecinos con vecinos, es un ambiente más familiar” afirma Lilibeth Agudelo, joven de familia picotera.
Para otros esta reputación tiene más que ver con las personas que frecuentan las festividades que con los eventos en sí: “Eso es lo que pasa cuando hay un problema del combo Xcon el combo Yaprovechan el ambiente y el trago para las riñas. Por eso es que tenemos la mala fama de que cuando hay picó se va a formar pelea y la gente no se atreve a ir, porqueestán pendientes de no salir lastimados en una botellera” dice Jesús Ortega, joven picotero del barrio San Pachito.
Frente al tema, el director de Arte y Cultura de la Universidad del Norte, centro cultural que ha demostrado gran interés en el tema picotero, Antonio Celia, mencionó que “lo que sucede con las riñas en estos espacios se debe a que en ocasiones se encuentran miembros de bandas delictivas enemigas y esto es lo que provoca el conflicto”. Es decir, es un tema más territorial.
Sin embargo, ¿realmente existe una relación entre picós y delitos?¿los picós fomentan la violencia? Para responder a estas preguntas se realizó un análisis de datos sobrelas estadísticas delictivas obtenidas de parte de la policíay se comparó la cantidad de delitos cometidos cuando se celebra un evento picotero con fechas ordinarias.
Laboratorio regional de policía científica y criminalística N° 8, en Barranquilla, jueves 3 de octubre de 2024. (Gabriela Torres/ El Punto)
Al realizar este análisis se puede concluir que no hayrelación aparente entre estos delitos y los espacios picoteros. A diario se cometen muchos de estos crímenes en la ciudad, sin embargo, en el intervalo temporal analizado, la mayoría no coinciden con los eventos de picós. Se analizaron 30 fiestas con picós y solamente una coincidió con la fecha en la que se cometió el delito de lesiones personales, que pudohaber estado relacionado con una riña en el lugar.
El doctor Luis Trejos, experto en temas de seguridad ciudadana, explica que existen entornos propensos a conflictos, especialmente en contextos donde la cultura ciudadana es frágil, el respeto mutuo es limitado y se concentran altas cantidades de alcohol. Así, se crea una “tormenta perfecta” cuyos factores con frecuencia terminan en riñas. Trejos,investigador del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales,afirma que:
“ante esta realidad, sería deseable una mayor regulación por parte de las autoridades, no solo mediante la presencia policial, sino también con gestores de convivencia. Además, sería importante involucrar a los picoteros como parte de la solución”.
Según los datos, los picós no fomentan espacios violentos, más bien se dan en su mayoría en barrios cuya cotidianidad estápermeada por este tipo de delitos. Además, a partir de la base de datos de estos delitos es notorio que el panorama barranquillero y soledeñoes violento en sí, pues las ciudades cuentan con un promedio de 185 lesiones personales, 164.7 riñasy 51 homicidios mensuales reportados en 2023 y lo que va de 2024.