Abraham a través de su canal de Youtube.
El videojuego, cuyo nombre hace referencia a los esclavos que se liberaban y eran llamados cimarrones, pone al jugador en la piel de un muñequito de cinta que debe recuperar palabras del idioma palenquero a través de una serie de minijuegos. “Es una metáfora para decir que las palabras siguen vivas”, comenta Abraham. Mientras el jugador avanza en el juego, desbloquea más palabras y sus significados, creando un equilibrio entre el entretenimiento y el aprendizaje cultural.
El proceso de desarrollo de Cimarrón no fue fácil. Durante dos años, Abraham, en compañía de expertos, investigó profundamente sobre la cultura palenquera y el idioma, recopilando información y trabajando en su tesis universitaria, la cual respaldaba el proyecto. Finalmente, dedicó un año a programar y diseñar el videojuego, para él “una tarea ardua, pero gratificante”.
Más allá del idioma, el videojuego también incluye elementos de la cultura palenquera como la música de tambores, la gastronomía, y los paisajes naturales. “Es un homenaje visual y sonoro a Palenque”, señala Abraham, quien con orgullo menciona que el juego ha sido bien recibido tanto en la comunidad palenquera como entre jugadores en general.
Sin embargo, Abraham no ve este videojuego como un final, sino como un paso más en su carrera. Actualmente, combina su rol como profesor con el desarrollo de nuevos proyectos, entre ellos, su primer videojuego en tercera dimensión, convencido de que el potencial de los videojuegos para preservar la cultura es enorme.
Para aquellos que desean seguir sus pasos, Abraham ofrece un consejo: “Crea lo que te guste. Los videojuegos son una forma de arte, y puedes expresar lo que tienes en mente, entonces hazlo”.
Abraham representa una nueva generación de desarrolladores, una que no solo busca entretener, sino también educar, preservar y dar visibilidad a las culturas que forman parte de nuestra identidad.