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De Palenque a los videojuegos

Por Liz Amador Barros

A sus 22 años, Abraham se ha convertido en un referente de innovación cultural. Este joven barranquillero no solo encontró en los videojuegos su pasión desde una edad temprana, sino que ha logrado combinar su interés por la tecnología con un fuerte compromiso hacia la preservación cultural.

Aunque estudió Mercadeo y Publicidad en la Universidad de la Costa, su formación como desarrollador de videojuegos fue completamente autodidacta. Este camino comenzó por pura curiosidad, cuando veía los personajes de videojuegos moverse en la pantalla de su computador de mesa. Desde ese momento, Abraham decidió explorar cómo podía unir la magia de los videojuegos con sus raíces culturales.

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Cortesía de Abraham Contreras

“Empecé a investigar cómo se hacía”, recuerda Abraham con una sonrisa. De manera autodidacta, comenzó a aprender sobre desarrollo de videojuegos y pronto se vio grabando videos tutoriales para compartir lo que iba descubriendo. Actualmente, su canal de YouTube cuenta con casi 19 mil suscriptores, y también imparte clases de diseño de videojuegos en la Universidad Sergio Arboleda.

Uno de sus proyectos más destacados es Cimarrón, un videojuego que no solo sobresale por sus mecánicas y dinámicas, sino también por su propósito: preservar y promover la lengua y cultura palenquera. Inspirado por las raíces de su madre, cuya familia proviene de San Basilio de Palenque, Abraham decidió crear una obra que combinara entretenimiento con aprendizaje. “Quería que fuera algo más que solo entretenimiento, algo que también tuviera un componente educativo”, explica.

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Abraham a través de su canal de Youtube.

El videojuego, cuyo nombre hace referencia a los esclavos que se liberaban y eran llamados cimarrones, pone al jugador en la piel de un muñequito de cinta que debe recuperar palabras del idioma palenquero a través de una serie de minijuegos. “Es una metáfora para decir que las palabras siguen vivas”, comenta Abraham. Mientras el jugador avanza en el juego, desbloquea más palabras y sus significados, creando un equilibrio entre el entretenimiento y el aprendizaje cultural.

El proceso de desarrollo de Cimarrón no fue fácil. Durante dos años, Abraham, en compañía de expertos, investigó profundamente sobre la cultura palenquera y el idioma, recopilando información y trabajando en su tesis universitaria, la cual respaldaba el proyecto. Finalmente, dedicó un año a programar y diseñar el videojuego, para él “una tarea ardua, pero gratificante”.

Más allá del idioma, el videojuego también incluye elementos de la cultura palenquera como la música de tambores, la gastronomía, y los paisajes naturales. “Es un homenaje visual y sonoro a Palenque”, señala Abraham, quien con orgullo menciona que el juego ha sido bien recibido tanto en la comunidad palenquera como entre jugadores en general.

Sin embargo, Abraham no ve este videojuego como un final, sino como un paso más en su carrera. Actualmente, combina su rol como profesor con el desarrollo de nuevos proyectos, entre ellos, su primer videojuego en tercera dimensión, convencido de que el potencial de los videojuegos para preservar la cultura es enorme.

Para aquellos que desean seguir sus pasos, Abraham ofrece un consejo: “Crea lo que te guste. Los videojuegos son una forma de arte, y puedes expresar lo que tienes en mente, entonces hazlo”.

Abraham representa una nueva generación de desarrolladores, una que no solo busca entretener, sino también educar, preservar y dar visibilidad a las culturas que forman parte de nuestra identidad.