Por: Rafael R. Niebles C.
Al pensar en el mercado de Bazurto, seguramente, como muchos, pienses en que, como es un mercado, hay gente “avispada” que se aprovechará de ti, o personas violentas que van a hacerte algún tipo de daño, que es peligroso o poco salubre por el tipo de sitio que es, pero, en realidad, resulta ser un espacio muy tranquilo, seguro y, cuando menos, fuente de una experiencia disfrutable.
Henry Cabarcas es un joven barranquillero que, desde hace algunos años, siempre había querido visitar el mercado de Bazurto, pero por cuestiones de tiempo y algunos prejuicios, no se había atrevido a visitarlo. Finalmente tuvo la oportunidad de ir, y pudo descubrir cómo era el mercado en realidad.
Normalmente se piensa que es un lugar peligroso, donde no hay que descuidar las pertenencias personales porque pueden robarlas, o que los vendedores verán a los extranjeros como una posibilidad de aprovecharse de una forma u otra, pero Bazurto es, en contra de cualquier prejuicio que las personas puedan tener, un lugar bastante tranquilo.
Por su parte, se entrevistó a Yuvissa Ortiz, una vendedora de fritos dentro del mercado que sitúa su puesto de venta en una esquina muy próxima a la Laguna de San Lázaro, y se le preguntó por la actividad alrededor de su punto mercantil en un día regular. Ella apuntó que es un sitio tranquilo, que normalmente no hace falta la presencia del cuerpo de policías en la zona, pues no suelen ocurrir eventos como asaltos, riñas, ni nada por el estilo. Ortiz se siente segura en su trabajo, y recibe con alegría a cada cliente que se acerque con ganas de un frito.