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El Color de la Tradición

Por: Lucía Therán

En un pequeño pueblo a orillas de un río, llamado San Basilio de Palenque, donde el bullerengue era más que música; era la alegría y los colores de su gente. Cada octubre, el pueblo celebraba el Festival del Bullerengue, con música, bailes y muchas sonrisas. Pero lo que hacía el festival tan especial era la abuela Rosa. Ella conocía todas las canciones, los bailes y las historias del bullerengue, y las compartía con todos. Sin embargo, un día, la abuela Rosa se enfermó y, poco tiempo después, partió al cielo. Con su partida, algo extraño comenzó a suceder. Las canciones del bullerengue ya no sonaban igual, y poco a poco la gente empezó a olvidar las letras y los pasos de baile. Lo más extraño de todo fue que los colores del pueblo también comenzaron a desvanecerse. El verde de los árboles, el azul del río, e incluso el rojo de las flores se volvieron grises. Valeria, la nieta de Rosa, una niña que siempre había bailado y cantado con su abuela, notó que, cada vez que alguien olvidaba una canción o un paso de baile, una parte del pueblo perdía su color. Primero fueron las flores, luego las casas, y finalmente, las personas mismas empezaron a verse pálidas, como si se volvieran de blanco y negro. Pero lo peor de todo era que cuando algo perdía todo su color, el viento soplaba fuerte y se lo llevaba como si fuera polvo. Valeria vio cómo desaparecían las flores del jardín de su abuela, cómo el río se volvía una sombra triste de lo que era antes, y el miedo se apoderó de ella. ¿Qué pasaría si todo el pueblo desaparecía? Valeria sabía que tenía que hacer algo. Recordó las palabras de su abuela: "El bullerengue es vida. Mientras lo cantemos y lo bailemos, el pueblo siempre estará lleno de color." Una noche, cuando el viento empezaba a soplar más fuerte, Valeria decidió actuar. Tomó el tambor que su abuela le había regalado y fue a la plaza del pueblo. Allí, aunque no quedaba mucha gente, Valeria comenzó a tocar. Al principio, sus manos temblaban, pero poco a poco, el sonido del tambor llenó el aire. De repente, algo mágico sucedió. El gris que cubría la plaza comenzó a retroceder, y un pequeño rayo de color regresó a las flores. Valeria, emocionada, siguió tocando, recordando las canciones que su abuela le había enseñado. Aunque no lo recordaba todo, las notas salían de su corazón, y poco a poco, más colores regresaban. Los pocos niños que estaban en la plaza la vieron, y sin pensarlo, empezaron a unirse. Primero, cantaron suavemente, luego, comenzaron a bailar, recordando cómo lo hacían en el festival. Con cada paso y cada nota, el pueblo recobraba su color. El verde de los árboles volvió, el azul del cielo se hizo más brillante, y las casas recuperaron su alegre colorido. Pero todavía faltaba más. Valeria sabía que no sería suficiente con un solo tambor o unas pocas voces. El pueblo entero tenía que recordar. Así que corrió de casa en casa, llamando a los vecinos. "¡Vengan! ¡Canten, bailen! Si no lo hacemos, todo desaparecerá." Los adultos, aunque al principio estaban tristes y desanimados, escucharon el llamado de Valeria. Uno por uno, salieron a la plaza. Algunos trajeron sus tambores, otros comenzaron a cantar, y otros, aunque no recordaban mucho, bailaron como podían. El viento, que antes soplaba con fuerza, comenzó a calmarse, y el color regresó por completo al pueblo. Al final, el bullerengue llenó cada rincón, y el pueblo se llenó de vida una vez más. Valeria, con lágrimas de felicidad en los ojos, recordó las últimas palabras de su abuela: "El bullerengue vive en nuestro corazón, y mientras lo mantengamos vivo, nuestro pueblo siempre brillará." Desde aquel día, el Festival del Bullerengue no solo se celebraba en octubre. El pueblo decidió que debían cantar y bailar siempre, para que los colores nunca volvieran a desaparecer. Valeria se convirtió en la nueva guardiana del bullerengue, enseñando a los niños y recordando a todos la importancia de mantener viva la tradición. Y así, el pueblo nunca más volvió a perder su color, porque el bullerengue siempre latía en sus corazones.