Los datos presentados indican que persisten ciertos patrones observados en años anteriores. En 2022, la mayor parte de las víctimas fueron hombres gays (145) y mujeres transgénero (112) seguidas por mujeres cis lesbianas (46), mientras que los registros de hombres trans y mujeres bisexuales apenas mostraron variación en comparación con el período 2021.
Aunque la reducción de casos en los que no se identifica la orientación sexual o identidad de género específica de las víctimas puede considerarse como una mejora en la calidad de la información, persisten algunos de los retos identificados desde años anteriores, sobre todo en los sistemas de información oficial. El mismo reporte advierte que es poca la información adicional que se conoce sobre las víctimas en general. Sólo en el 40,1% de los casos se dispone de información sobre la ocupación de las víctimas, sin contar otras características como su raza o nivel educativo.
“La población trans vive en una alta tasa de criminalidad. Tenemos las tasas más altas en violencia y muerte en la población, y un promedio de vida de 35 años. No debemos olvidar estas cifras ni estas historias”, comenta Carla Henao, co-directora de la colectiva ‘Faisanes de colores’.
https://public.flourish.studio/visualisation/15067552/ (Datos suministrados por la Red SinViolencia LGBTI)
En el caso de los hombres gay, fueron asesinados principalmente en la República Dominicana, Honduras, Guatemala y Colombia, mientras que las mujeres trans aportaron el mayor número de víctimas en Perú, Ecuador y México.
Por otro lado, la información disponible revela que, al igual que en años previos, las fuentes existentes presentan una escasa cantidad de datos sobre los autores de los actos violentos. De los 344 incidentes documentados, únicamente en 78 de ellos se ha logrado identificar al presunto perpetrador de estos homicidios. De estos 78 casos, se ha establecido que en 21 de ellos los crímenes habrían sido cometidos por miembros de grupos armados o de la delincuencia organizada, mientras que al menos 6 de ellos habrían sido perpetrados por individuos pertenecientes a la Fuerza Pública. En menor medida, se establece que en algunos casos los agresores eran personas conocidas, parejas actuales o clientes de las víctimas, aunque en la gran mayoría de las situaciones la relación entre la víctima y el agresor permanece desconocida.
https://public.flourish.studio/visualisation/15076595/ (Datos suministrados por la Red SinViolencia LGBTI)
Conflicto armado y violencia sociopolítica: una amenaza para la población LGBTI en Colombia
De acuerdo con datos suministrados por la Fiscalía General de la Nación, varias dinámicas de violencia contra las personas LGBTI se han mantenido a niveles alarmantemente altos en Colombia. Entre el primero de enero y el 31 de diciembre de 2022, fueron asesinadas 145 personas LGBTIQ+. Esta cifra indica que, aproximadamente, cada dos días y medio, la violencia acabó con la vida de una persona con una orientación sexual o identidad de género diversa. Al igual que en años anteriores, la mayor parte de las víctimas fueron hombres gays y personas con experiencias de vida trans, quienes representaron casi el 70% de todas las personas LGBTI asesinadas en el país durante el 2022.
https://public.flourish.studio/visualisation/15076595/ (Datos suministrados por la Red SinViolencia LGBTI)
Según el documento, entre los principales patrones de violencia identificados en nuestro país, se encuentran los homicidios de hombres cis gay en sus viviendas o habitaciones de hoteles, los asesinatos de mujeres trans en espacios públicos, incluyendo zonas de trabajo sexual; los asesinatos de personas LGBTI migrantes de Venezuela y los asesinatos de personas LGBTI defensoras de derechos humanos o integrantes de organizaciones sociales o políticas.
Ante esto, Quinn Buelvas, joven queer oriundo de Barranquilla, señala que “el prejuicio es el principal potenciador de este tipo de actitudes. Si no existieran prejuicios en Colombia sobre la comunidad LGBTIQ+, no existiría una situación de peligro para ellas, porque quienes no pertenecen al colectivo se dirigen a los que sí de manera hostil simplemente por su identidad de género”.
A lo anterior, se suma que una buena parte de los homicidios registrados en el país ocurrieron en regiones donde todavía hacen presencia grupos armados que se enfrentan con otros por el control de territorios, poblaciones y actividades económicas legales e ilegales, resultando, entre otras cosas, en mayores niveles de violencia homicida.
Entre las regiones más afectadas se encuentran Valle del Cauca (25) y Antioquia (24), seguido de Bogotá (9) y Magdalena (8). Aunque esto no significa que todos estos homicidios hayan sido perpetrados por aquellos grupos, la información disponible sobre las características de las víctimas, los hechos y el contexto demuestra que la violencia contra las personas LGBTIQ+ se intensifica en zonas con mayores niveles de crimen organizado y violencia sociopolítica.
https://public.flourish.studio/visualisation/15067928/ (Información oficial suministrada por la Fiscalía General de la Nación)
El desafío de ser LGBTIQ+ en Colombia
A nivel nacional, Colombia ha avanzado en la lucha por los derechos LGBTIQ+ en los últimos años. En 2015, la Corte Constitucional del país emitió una sentencia histórica que permitió el matrimonio igualitario, y en 2018, la Corte Suprema de Justicia reconoció el derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar. Estos avances representan pasos significativos hacia la igualdad de derechos, pero aún hay desafíos por superar.
Desde Cartagena, Roque, de 27 años, comparte su historia como un joven gay. A pesar de enfrentar una serie de obstáculos, incluyendo la discriminación en el empleo y miradas prejuiciosas en sitios públicos, comenta que “me niego a vivir en el miedo y por eso me esfuerzo por educar a otros y aumentar la visibilidad de la comunidad por mis redes sociales”.
Valentina, de 24 años y originaria de Barranquilla, no puede evitar notar la creciente violencia contra la comunidad LGBTI en algunas áreas de Colombia. A pesar de esto, comenta que “estoy orgullosa de ser queer y por eso me gusta hablar de la comunidad con los demás, porque muchos tienen una percepción errónea de nosotros que no es cierta en la que deben trabajar”.
Valentina y Roque son solo dos ejemplos entre miles de jóvenes queer que enfrentan diariamente la batalla contra prejuicios dirigidos hacia su comunidad. La inclusión y el reconocimiento de los derechos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, son componentes fundamentales para la reconciliación y la construcción de una sociedad más igualitaria tras décadas de conflicto armado. En el contexto de un país que busca la paz y la reconciliación entendemos por qué es importante pensar en las personas LGBTIQ+ cuando los países y las sociedades reflexionan sobre la paz. La respuesta es sencilla: porque una sociedad que discrimina a las personas por su género o por su orientación sexual no es una sociedad pacífica.