En nuestra investigación de periodismo de datos, realizamos un análisis exhaustivo sobre los homicidios ocurridos en Barranquilla en los últimos cinco años, comparándolos con los crímenes documentados en el siglo pasado. A través de fuentes confiables y bases de datos públicas, recopilamos información detallada para identificar patrones y tendencias en la violencia de la ciudad.

Nuestro objetivo fue examinar las características de las víctimas, los métodos utilizados en los homicidios, la resolución judicial de los casos y los lugares donde se cometieron los crímenes. Este enfoque nos permitió ofrecer una visión más profunda sobre la evolución de la violencia en Barranquilla, destacando tanto los cambios como las continuidades en el tiempo.

Crímenes que Marcaron una Época en Barranquilla (1946 – 1984)

Crímenes que Marcaron una Época en Barranquilla (1946 – 1984)

Por: Daniela Vargas B, Valentina Funez R y Daniela Gutiérrez O.

Entre 1946 y 1984, Barranquilla fue escenario de una serie de crímenes de alto perfil que marcaron la historia de la ciudad y generaron gran impacto social. Este análisis presenta una aproximación cuantitativa a ocho casos emblemáticos de homicidio, utilizando datos para identificar patrones en las características de las víctimas, métodos utilizados y resolución judicial. A partir de estos hallazgos, se busca proporcionar un panorama más profundo sobre la dinámica de la violencia en Barranquilla durante este periodo.

En los ocho casos estudiados, se observa un predominio de víctimas femeninas: un 75% (seis de los ocho) de las víctimas fueron mujeres, mientras que el 25% (dos casos) fueron hombres. Este dato destaca la vulnerabilidad de las mujeres frente a la violencia letal en este periodo y sugiere una problemática de violencia de género.

Las edades de las víctimas oscilaron entre los 19 y los 50 años, con una media de 32 años. El 50% de las víctimas (cuatro casos) tenía entre 20 y 30 años, lo que indica que la mayoría eran jóvenes. En cuanto a la relación entre víctimas y agresores, el 62,5% de los crímenes (cinco de ocho) fue cometido por parejas o familiares cercanos, reflejando un contexto de violencia intrafamiliar. Los otros tres casos fueron perpetrados por conocidos cercanos a las víctimas.

Fuente: El Heraldo

Link: https://public.flourish.studio/visualisation/19693400/

En cuanto a los métodos utilizados, las armas blancas fueron la elección predominante en el 62,5% de los casos (cinco de ocho). El uso de cuchillos o navajas sugiere un contacto directo y un nivel alto de agresividad. En contraste, el 37,5% de los homicidios (tres casos) involucraron armas de fuego, lo que refleja una premeditación y ejecución a distancia.

El análisis espacial muestra que la mayoría de los crímenes ocurrieron en espacios residenciales, lo cual seria, un 87,5% (siete de ocho casos), reforzando la hipótesis de que las víctimas fueron atacadas en un entorno familiar y supuestamente seguro. El barrio El Prado fue la zona con mayor concentración de homicidios, con un 50% de los casos documentados (cuatro de ocho), a pesar de ser un sector tradicionalmente asociado con clases altas y de baja criminalidad.

El sistema judicial resolvió parcialmente estos crímenes, con una tasa de resolución del 62,5%. De los ocho casos, cinco resultaron en la captura y condena de los agresores, mientras que los otros tres (37,5%) aún no han sido resueltos. En uno de los casos no resueltos, el cual seria, el de crimen de Susana Martínez, la ausencia de pruebas concluyentes y las múltiples hipótesis manejadas contribuyeron a su estancamiento judicial.

El 100% de los crímenes resueltos tuvo condenas que oscilaron entre los 10 y 25 años de prisión, pero la percepción de la ciudadanía fue de una justicia lenta y, en ocasiones, laxa con los culpables. La impunidad en los casos no resueltos generó desconfianza y afectó la percepción de seguridad en la comunidad.

El análisis temporal de los casos sugiere dos picos específicos de violencia: el primero, entre 1946 y 1955, y el segundo, entre 1975 y 1984. El 50% de los homicidios ocurrió durante el primer pico, en un periodo marcado por la transición de Barranquilla a una ciudad moderna. Este contexto de cambio social y económico parece haber generado tensiones subyacentes que se manifestaron en crímenes violentos.

El segundo pico, que abarca el otro 50% de los casos, se enmarca en la década de los 70 y 80, un periodo caracterizado por el auge del narcotráfico y la presencia de grupos armados en la región Caribe. Aunque estos crímenes de alto perfil no están directamente ligados a estos fenómenos, sí reflejan un aumento en la percepción de inseguridad en la ciudad.

Fuente: El Heraldo

Link: https://public.flourish.studio/visualisation/19693647/

Un hallazgo importante es la concentración de homicidios en contextos domésticos o familiares. El 62,5% de los casos (cinco de ocho) tuvo lugar en residencias, y el 50% (cuatro casos) ocurrió entre las 6:00 pm y las 12:00 am, horas que coinciden con la llegada de los habitantes a sus casas y momentos de mayor interacción familiar.

Los datos también muestran que, a pesar de la brutalidad de algunos crímenes, como el descuartizamiento de María del Amparo Sarabia, la duración de las condenas fue relativamente corta. Un 50% de los condenados (dos de cuatro) recibió penas menores a 20 años, mientras que el 25% (uno de cuatro) no cumplió más de 10 años. Esto contrasta con la percepción de la gravedad de los delitos y la reacción pública que generaron.

Los crímenes de alto perfil en Barranquilla entre 1946 y 1984 reflejan más que una simple serie de hechos violentos. Las estadísticas sugieren que la violencia en la ciudad estaba profundamente enraizada en las dinámicas de poder y control dentro de los hogares y círculos cercanos. El alto porcentaje de crímenes cometidos por personas conocidas (87,5%) revela la complejidad del fenómeno y cómo la confianza jugó un papel determinante en la vulnerabilidad de las víctimas.

Aunque el 62,5% de los casos fueron resueltos, la impunidad en los otros tres (37,5%) dejó una marca duradera en la memoria colectiva de la ciudad. El análisis de datos muestra cómo Barranquilla, a pesar de su crecimiento y modernización, continuaba lidiando con una violencia que surgía de sus propios hogares, rompiendo la barrera entre lo público y lo privado.

HOMICIDIOS EN BARRANQUILLA DURANTE EL PERIODO 2018 – 2023

HOMICIDIOS EN BARRANQUILLA DURANTE EL PERIODO 2018 – 2023

Por: Daniela Vargas B, Lucas Ávila, Carlos Villegas y Germán Orozco

El comportamiento de los homicidios en Barranquilla durante el periodo 2018-2023 ha experimentado cambios significativos, reflejando tanto el impacto de las estrategias de seguridad ciudadana como las dinámicas delictivas dentro de la ciudad. Según los datos proporcionados por la Policía Nacional, el número de homicidios ha mostrado una tendencia a la baja hasta 2021, seguido de un leve aumento en 2022, influenciado por el retorno a la normalidad tras la pandemia y la reorganización de bandas criminales.

Para este estudio se analizaron los reportes anuales de homicidios registrados del (1 de enero al 31 de diciembre) de cada año desde 2018 hasta 2022, y el reporte parcial de 2023. Dentro del conteo tuvimos en cuenta diferentes factores como lo son: Año en que ocurrió, tipo de arma utilizada, edades de las personas afectadas y cuántas fueron.

2018: Se registraron un total de 315 homicidios. La modalidad predominante fue el sicariato, representando el 63% de los casos. Las localidades con mayor número de homicidios fueron Suroccidente y Metropolitana, concentrando el 70% de los crímenes.

2019: El número de homicidios se redujo a 276 casos, lo que representó una disminución del 12.38% en comparación con 2018. Este descenso se atribuye a una mayor intervención de las autoridades en la desarticulación de bandas como “Los Papalópez” y el aumento de operativos en barrios vulnerables como Rebolo y Las Nieves.

2020: El total de homicidios fue de 245 casos, marcando una reducción acumulada del 22.22% respecto a 2018. La pandemia de COVID-19 jugó un papel importante en esta disminución, ya que las restricciones de movilidad afectaron la operación de bandas delictivas, aunque se observó un aumento en homicidios derivados de violencia intrafamiliar y conflictos personales.

2021: Se registraron 232 homicidios, lo que representa una disminución de 5.30% respecto a 2020. Sin embargo, hubo un cambio en la dinámica de homicidios, con un incremento en crímenes relacionados con ajuste de cuentas entre pandillas juveniles.

2022: El número de homicidios ascendió a 256 casos, marcando un incremento del 10.34% en comparación con el año anterior. Este aumento se debe al reacomodo de bandas criminales tras el levantamiento de las restricciones de la pandemia y la intensificación de conflictos en barrios periféricos.

2023: Hasta mediados de este año, se han registrado 198 homicidios. La tendencia muestra un leve descenso en comparación con 2022, reflejando un mayor control territorial y la implementación de nuevas estrategias de seguridad.

Fuente: Policía Nacional de Colombia

Link: https://public.flourish.studio/visualisation/19692231/

Análisis de la Modalidad de Homicidios

En Barranquilla, entre 2018 y 2023, se registraron 2,763 homicidios, reflejando un panorama cambiante en las modalidades de estos crímenes.

La mayoría de los casos se cometieron con armas de fuego, incrementando su prevalencia de un 65.8% en 2018 a un 70.3% en 2023, lo que evidencia un aumento del uso de armas de fuego como principal método. Los homicidios con arma blanca representaban el 20.5% en 2018, pero descendieron a 16.7% en 2023. Estos crímenes suelen estar asociados con riñas y conflictos interpersonales, especialmente en áreas residenciales. Otras modalidades, como el uso de objetos contundentes o estrangulamiento, fluctuaron entre el 13.7% y el 9.0%.

En cuanto a submodalidades, los homicidios selectivos dirigidos a víctimas específicas por ajustes de cuentas representaron un 15.4% en 2023. Las riñas y altercados violentos disminuyeron su participación del 10.8% en 2019 a 8.6% en 2023. Respecto al lugar de ocurrencia, el 75% de los homicidios se cometieron en zonas residenciales, concentrándose en barrios como Rebolo, La Luz y Carrizal, mientras que un 20% se registró en lugares públicos como bares y discotecas, donde suelen darse conflictos derivados de actividades ilegales.

Fuente: Policía Nacional de Colombia

Link: https://public.flourish.studio/visualisation/19692420/

Distribución Geográfica de los Homicidios

En la distribución geográfica de homicidios en Barranquilla entre 2018 y 2023, el análisis muestra una concentración significativa en ciertas localidades de la ciudad.

El 35% de los homicidios ocurrieron en la localidad Suroriente, específicamente en barrios como Rebolo, La Luz y La Chinita, donde el crimen organizado y las riñas entre pandillas tienen mayor incidencia. La localidad Suroccidente, que abarca barrios como La Sierrita y Los Olivos, representó el 28% de los homicidios, siendo estas áreas caracterizadas por la presencia de estructuras criminales dedicadas al microtráfico. En contraste, la localidad Metropolitana, que abarca barrios como Soledad y Malambo, concentró un 22% de los casos, muchos de los cuales se dieron en contextos de enfrentamientos entre grupos ilegales.

La localidad Norte-Centro Histórico, donde se encuentra el barrio El Prado, conocido por su alto nivel socioeconómico, registró apenas el 4% de los homicidios, en su mayoría relacionados con robos o conflictos aislados.

Fuente: Policía Nacional de Colombia

Link: https://public.flourish.studio/visualisation/19692770/

Conclusión

Los homicidios en Barranquilla han mostrado una tendencia cambiante en los últimos seis años, con una disminución significativa en la cantidad de crímenes violentos hasta 2021, seguida de un leve repunte en 2022. Los datos muestran una alta concentración de homicidios en las localidades Suroriente y Suroccidente, donde la presencia de grupos criminales es más fuerte. Es importante seguir promoviendo estrategias de seguridad que involucren a la comunidad y apunten a la prevención de la violencia interpersonal y el crimen organizado.

“Barranquilla, una ciudad vibrante y llena de historia, también ha sido testigo de algunos de los hechos criminales más impactantes que han marcado su memoria colectiva. Desde crímenes que conmocionaron a la sociedad hasta misterios no resueltos, las calles de la ciudad guardan las huellas de historias oscuras que han perdurado a través del tiempo. En este espacio, exploramos algunos de los casos más notorios, analizando sus causas, consecuencias y el legado que dejaron en Barranquilla y sus habitantes.”
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En este capítulo de Lo que Ocultan las Calles de Barranquilla Podcast, exploramos los crímenes más impactantes que han marcado la historia de la ciudad. A través de relatos de testigos y expertos locales, desenterramos los misterios que han quedado grabados en las calles barranquilleras. Únete a nosotros para descubrir historias ocultas y desgarradoras que siguen resonando en el presente.