Calidad del sistema de salud vs. pacientes recuperados de COVID-19

Aunque en los últimos tres años los recursos destinados a la salud han sido diferentes en cada país, el brote del COVID-19 ha generado que los gobiernos replanteen la cantidad de dinero destinado a sus sistemas de salud.

Cuando se busca analizar los registros de recuperados, la cantidad de pacientes asintomáticos y las variaciones en las cifras de muertes y contagios por COVID-19 dificultan la publicación de datos exactos. Aunque constantemente se actualizan las cifras de pacientes recuperados por país, es necesario crear una tasa de recuperación para que los datos puedan ser comparados y, en este caso, contrastados con el porcentaje de PIB que destinan los diez países que más invierten en sus sistemas de salud. De esta forma, será posible establecer si existe o no una relación entre ambas situaciones. 

Para el epidemiólogo clínico Jorge Acosta Reyes, algunos de los factores que más influyen durante una pandemia radican en poseer los recursos suficientes para atender y mantener a los pacientes bajo monitoreo constante, contar con un personal de salud capacitado en la toma de decisiones y disponer de instituciones locales en óptimas condiciones. Esto puede generar, como resultado, un mayor número de recuperados de COVID-19 y, por ende, una disminución en la curva de contagios. 

Actualmente, Afganistán es el país con la mayor inversión en salud del mundo con un porcentaje en su PIB del 17,06 %. En esta posición, lo que se espera es que también figure entre los diez países con mayor tasa de recuperados. Sin embargo, este país presenta una tasa de recuperación muy baja frente a otros como Brasil o Argentina, por ejemplo, cuya inversión -si bien es alta- no se iguala a la suya. Con más de veinte mil casos confirmados, solo se han recuperado un poco más de dos mil. ¿A qué se debe la baja tasa de recuperados frente a una alta inversión en salud? Pues bien, en un país como este, el distanciamiento social resulta ser una medida difícil de cumplir a causa del factor cultural. Con una población caracterizada por desarrollarse en grandes multitudes y un pasado histórico lleno de guerras, el sistema de salud pública se ha debilitado notablemente. Esto genera que la inversión hacia el sector salud no sea suficiente. 

Por otro lado, al caso del aumento desmesurado en el número de contagios en Brasil se le atribuyen principalmente dos razones. La primera está ligada con la actitud del presidente quien, a pesar del brote mundial, no avanzó de forma temprana en la presentación y ejecución de las respectivas políticas preventivas para su población. La segunda se debe a que no se han ofrecido ciertas garantías económicas, tales como la suspensión en el pago de servicios públicos y de alquileres, subsidios acorde a las necesidades, entre otras. Por ende, las personas se han visto obligadas a salir de sus casas pese a las medidas decretadas posteriormente para sostenerse. Además, en el caso de la Amazonía brasileña, por ejemplo, tal ha sido su gran número de casos y de fallecidos que se teme que su cercanía a las demás fronteras impacte también en el aumento de casos en los países aledaños. 

En el caso de Bolivia, que también tiene una alta inversión en salud, la tasa de recuperación permanece baja. Bolivia reportó sus primeros casos el 10 de marzo. La respuesta del gobierno fue eficaz e inmediata. Tras una serie de preceptos de la presidenta Jeanine Añez, el 25 de marzo el país se declaró estado de emergencia sanitaria. Sin embargo, en el último reporte emitido por la Cartera de Salud, hasta el momento hay 59 municipios con Riesgo Alto, 167 municipios con Riesgo Medio y 113 municipios con Riesgo Moderado. A este panorama se le suman, además, las pocas medidas para salvaguardar la salud de las personas que se ven obligadas a salir a trabajar; la escasez en el equipamiento hospitalario para hacer frente a la emergencia sanitaria; la detención y posterior destitución del Ministro de Salud, Marcelo Navajas, a causa de los sobrecostos en la compra de ventiladores para los pacientes infectados por COVID-19. 

En Asia, Bangladés registró su primer caso el 7 de marzo. Durante ese mes, el aumento en el número de casos fue progresivo. Sin embargo, al llegar abril las tasas se multiplicaron hasta presentar el porcentaje más alto del continente. Algunos expertos atribuyen este incremento a la insuficiente realización de pruebas, ya que este país cuenta con más de ciento sesenta millones de habitantes. 

Una vez más, Australia y Austria sobresalen. De la situación de ambos países se puede deducir que la inversión en salud y las medidas preventivas lograron un efecto positivo. En Australia, con más de veinticuatro millones de habitantes, lograron aplanar la curva casi al mismo tiempo y actualmente registra un poco más de siete mil infectados y 102 decesos. Sin embargo, su cifra de recuperados es aproximadamente el mismo número que la de contagiados. En Austria, por su parte, el confinaminamiento empezó tres semanas antes de que el virus llegara al país. Tres meses después, aunque su cifra duplica la de Australia, el número de fallecidos oscila entre las seiscientas ochenta personas. 

 

¿Qué pasa en Colombia?

Según una encuesta realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo, el 70% de los colombianos percibe el sistema de salud como precario y desigual. Al atravesar por una pandemia, este porcentaje se torna aún más preocupante. 

En Colombia, así como en gran parte de los demás países, se han ejecutado protocolos de acuerdo con los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud. Hasta el momento el país no se encuentra ni en los diez con mayor inversión en salud ni en los diez con mayor tasa de recuperación. Esta última es sumamente baja frente a un porcentaje de inversión relativamente alto. A pesar de eso, ¿qué ha influido para que no se cuente con un número de recuperados igual de alto que el nivel de inversión en salud? 

En cuanto a los factores que influyen en la pronta y efectiva recuperación de los pacientes, se encuentra la disponibilidad de equipos, implementos, tecnologías y soluciones que agilicen la recuperación de los infectados. Según lo expresado por el epidemiólogo clínico Acosta, el sistema de salud debe asegurar los insumos necesarios para la atención de los pacientes con enfermedad grave; esto es UCI, respiradores y trabajadores de la salud disponibles”.  Sin embargo, es importante resaltar que la inversión de estos recursos no se ve reflejada en todo el sector salud; sobretodo en el de la salud pública. Si bien Colombia invierte aproximadamente el 5,4% de su PIB en salud, el país también presenta un alto índice de corrupción y desigualdad social. Estos dos problemas generan que el dinero caiga en las manos equivocadas, o se invierta en sectores que no son prioritarios. Así, con el pasar de los años, mientras unos hospitales cuentan con todas las instalaciones necesarias para atender a los pacientes, en ciudades como Leticia, en el Amazonas, requieren del apoyo constante de misiones médicas ante la falta de personal sanitario en esta área del país. 

Según Cindy Chávez, enfermera de la Clínica Portoazul en la ciudad de Barranquilla, es mucho más fácil y cómodo trabajar en una entidad de salud privada a la hora de tratar pacientes con enfermedades graves. “Hay acceso a mucha más tecnología, implementos, equipos o soluciones que pueden ayudar a la recuperación de los enfermos. A diferencia de las entidades públicas en las que aún cuando se brinda al personal los EPP necesarios, carecen de ciertos materiales o implementos que permiten una pronta recuperación”, afirma. No obstante, para Acosta Reyes no es posible saber con certeza si un paciente con COVID-19 se recupera más rápido en una entidad privada que en una pública ya que esta depende de muchos otros factores. “Un paciente con enfermedad grave por COVID-19, en una institución que tenga profesionales entrenados, con recursos apropiados para la atención, la posibilidad de recuperación es igual. Entonces, dos instituciones en la misma condición no cambiaría nada. Ahora, se debe revisar cuántas instituciones privadas y públicas pueden asegurar una adecuada prestación del servicio”, concluye el experto. 

En ese sentido, aunque existe una gran influencia del sistema de salud en lo que puede llamarse “la batalla contra una pandemia”, es importante reconocer que este es solo uno de los pilares que ayudan a combatir de manera eficaz un virus como el COVID-19.  Invertir más no necesariamente significa brindarle a la ciudadanía los mejores sistemas de salud. Se requiere que los gobiernos verdaderamente garanticen que los recursos lleguen a los sectores más afectados, se inviertan en lo que sea necesario y, además, se entiendan las necesidades en materia de salud de cada territorio en particular. 

El mundo reacciona ante la pandemia

A lo largo de la historia, la humanidad ha enfrentado variadas enfermedades que con el tiempo han sido superadas. Sin embargo, la presente pandemia presenta un caso de estudio único para la ciencia moderna, que busca combatir una enfermedad que ha contagiado a una porción pequeña pero significativa de la población mundial.

Hasta el 9 de junio, 188 países han reportado la presencia del virus y las muertes a nivel mundial superan la cifra de doscientos mil afectados.

En el presente escrito periodístico, se compara y contrasta las realidades de las regiones más afectadas por el coronavirus, enfocándose en las poblaciones con mayores contagios en cada continente. 

Cronología

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió el 31 de diciembre de 2019 un reporte que referenciaba un gran número de casos de neumonías en Wuhan, China. Estos casos fueron atribuidos posteriormente a un nuevo coronavirus, el que se asoció con patógenos presentes en enfermedades respiratorias como el SARS y el MERS. 
  • Aunque a mediados de enero de 2020 el virus solo estaba presente en China (41 casos confirmados), ya se había confirmado un caso en Tailandia. Esto activó las alarmas de la OMS, que publicó las medidas que se debía adoptar internacionalmente. 
  • El 30 de enero en un comité de emergencias establecido por la OMS, se declaró al COVID-19 como una emergencia de salud pública de importancia internacional. Esto se dio gracias a la confirmación de 7818 casos de coronavirus, de los cuales 82 se encontraban en 18 países diferentes a China.
  • A mediados de febrero se conformó una misión conjunta entre la OMS y China, quienes reunieron a expertos de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Japón, Nigeria, Corea, Rusia y Singapur con el fin de examinar la situación dentro del territorio chino y sus repercusiones internacionales.
  • Debido a la rápida propagación por todo el mundo y a los más de 119 mil casos confirmados en más de 100 países, el 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud declaró el virus como una pandemia. Esto dividió las opiniones debido a las declaraciones del director de dicha organización,   Tedros Adhanom, quien expresó que nunca se ha visto que una pandemia pueda ser controlada durante su propagación.

A día de hoy (9 de junio) la pandemia se ha esparcido en 187 países con 7.1 millones de casos confirmados y ha cobrado la vida de 394 mil personas. Sin embargo, el número de recuperados ya supera el millón de personas.

SARS-CoV-2 y COVID-19

Para abordar este tema, Harish Padmanabha, quien es doctor en entomología médica y ha realizado diversos estudios sobre las dinámicas de las enfermedades infecciosas, explica el uso correcto de ambos términos: 

El SARS-CoV-2 es un coronavirus ligado a insuficiencias respiratorias ratificado como un virus proveniente de animales según la OMS y que es transmisible entre humanos. Por otro lado, el término COVID-19 hace referencia a la enfermedad que desarrollan los pacientes que han sido contagiados con el SARS-CoV-2.

Según Padmanabha, las personas pueden contraer el virus sin desarrollar la enfermedad, por esta razón la mayoría de los pacientes son asintomáticos. Esto ha causado que el contagio se propague aceleradamente. 

La evolución en China

Si bien China fue la “zona cero” del virus, las medidas tomadas para superar esta emergencia han sido destacadas. Gracias al trabajo de la misión conjunta entre la OMS y este país, las cifras diarias de casos han disminuido considerablemente e incluso ya se habla de una recuperación de la crisis. Sin embargo, se analizará cómo se encuentran dichos números y si es posible hablar de una recuperación de la pandemia. 

China tiene 83.043 casos confirmados de COVID-19. Sin embargo, su tasa de mortalidad ha sido del 5.62% y, entre abril y mayo, se reportaron menos de 1500 casos nuevos. Por esta razón, ciudades como Wuhan reabrieron sectores de su economía y permitieron a sus habitantes la salida a las calles. Hoy, según registros de la Comisión Nacional de Salud china, el país cuenta con únicamente 58 pacientes activos. 

La mayoría del sector económico ha reabierto. Se permiten vuelos nacionales e internacionales una vez por semana, aunque solo con el 75% de la capacidad de pasajeros, y en los últimos días se han llegado a reportar cifras de cero (0) muertos por día. A pesar de esto, se debe tener en cuenta que China fue el primer país infectado en el mundo y que aún no está 100% recuperado del virus. Sin embargo, su evolución ha sido sumamente positiva.

Orientaciones dadas por la Organización Mundial de la Salud desde el inicio del brote

La OMS ha hecho énfasis en las medidas básicas preventivas que todos los países deben adoptar para la protección de la salud. 

La primera medida es el lavado frecuente de manos con agua y jabón o alcohol, esto con el fin de matar el virus si se encuentra en sus manos. Al toser o estornudar, cubrir la boca y nariz para que el virus no se propague en el aire y acudir inmediatamente al lavado de manos. 

Mantener el distanciamiento social, mínimo de un metro entre personas, para no inhalar partículas portadoras del virus. Evitar tocarse los ojos, nariz y boca debido a que las manos están en constante contacto con superficies que pueden estar contaminadas. 

En caso de presentar fiebre o dificultad respiratoria, se recomienda solicitar atención médica inmediata, pues es posible que se tratarse de una infección respiratoria, y se sugiere notificar si la persona ha tenido contacto con alguien que haya viajado o que presente síntomas de afección respiratoria. La OMS reitera la importancia de seguir estas medidas para el bienestar y, por último, insiste en permanecer en casa.

La pandemia desde cada continente

Teniendo en cuenta las orientaciones internacionales para afrontar la expansión del virus, se presentan a continuación las actuaciones en cada continente. Al tratarse de una emergencia de salud pública sin precedentes, cada gobierno ha adoptado diferentes medidas según su capacidad y criterio.

A principios de mayo, en cada continente existía un país liderando los picos de contagio: Estados Unidos en Norteamérica, Brasil en Suramérica, España en Europa, Sudáfrica en África, Australia en Oceanía y Turquía en Asia. Estos presentan, incluso hoy, un gran tasa de contagio con respecto a su población actual. A continuación se exponen las medidas y las curvas de contagio por país.

Estados Unidos

Lidera actualmente los índices mundiales de contagio. Su primer caso apareció el 19 de enero en Washington. Se trata de un hombre de 35 años que había estado en Wuhan, China. Este se acercó voluntariamente a una clínica en Snohomish County tras enterarse de la alerta sanitaria de parte de los CDC (U.S Centers for Disease Control and Prevention) sobre el anuncio mundial del Nuevo Coronavirus de China, ya que este portada síntomas de cuatro días con tos y fiebre desde haber llegado de su viaje.

El 20 de enero, el Secretario de Estado, Mike Pompeo, confirma y advierte en su cuenta oficial de Twitter, que ningún estadounidense debe viajar a China y que los ciudadanos que se encontrasen en el gigante asiático deberían regresar a los Estados Unidos por transporte comercial. 

Para el 31 de enero, la administración del presidente Donald Trump se refirió a los ciudadanos mediante el Departamento de salud y Servicios humanos, declarando al país en emergencia sanitaria e imponiendo a una cuarentena obligatoria de 14 días a todos los ciudadanos que habrías visitado la provincia de Hubei en China en las precedentes dos semanas. Asimismo, prohibió la entrada a las personas sin nacionalidad estadounidense que hubiesen viajado a China los anteriores 14 días. Esta primera medida de contingencia nacional ha sido catalogada como la mayor restricción de viajes en la historia del país en 50 años. 

Dos meses más tarde, el 26 de marzo, ya había 83.759 casos en el país. El presidente Trump invocó la Ley de Producción de Defensa, forzando a la empresa General Motors a producir respiradores para el país. Cuatro días después, se suspendieron los vuelos provenientes de Europa por treinta días. Al pasar las semanas, cuando los casos se acercaban a los 780.000 contagios, se restringió la entrada a extranjeros a suelo estadounidense.

España

Para mayo el país europeo con mayor casos confirmados, 286.718 contagios. El primero se dio a conocer el 31 de enero en la isla La Gomera. Se trata de un turista alemán que fue internado en el Hospital de Nuestra Señora de Guadalupe. 

Seis semanas después, el 15 de marzo se anunció el cierre de las fronteras nacionales. Pronto todo el país se encontraba en Estado de Alarma. El primer ministro, Pedro Sánchez, anunció el 3 de abril que la medida sería extendida por dos semanas más.

Tiempo después, ante una breve reducción en los casos, se empezó a flexibilizar la rigurosidad de las medidas. Se permitió que los trabajadores del sector industrial no laboraran de manera remota. Para ese entonces, 13 de abril, los contagios sumaban 170.000.

Brasil

El Gobierno brasileño confirmó el 26 de febrero su primer contagiado, convirtiéndose en el primer caso en América Latina. Un hombre de 61 años había estado entre el 9 y el 21 de febrero en la región de Lombardía al norte de Italia, país que se encontraba entre los lugares más críticos de la pandemia.

Un mes después, el presidente Jair Bolsonaro defendía que tanto los lugares de congregación religiosa como las farmacias y los supermercados tendrían la libertad de acoger las medidas según su criterio. Durante marzo, el Ministerio de Salud realizó llamadas automáticas a las casas con el fin de monitorear la expansión del virus en el territorio nacional.

El 16 de abril se implementó el cierre parcial de la frontera con Venezuela. Cuatro días después, inició la flexibilidad de medidas, permitiéndose la apertura de algunos establecimientos comerciales. Actualmente, los contagios suman 719.449.

Turquía

Por otro lado, en el continente asiático, este país ocupaba el primer lugar en mayo y hoy cuenta con 172.114 contagios. El primero se dio a conocer el 11 marzo. El individuo había estado de viaje en Europa, se desconoce su ciudad de origen. Nueve días después, el Ministerio de Interior turco estableció toque de queda para la población mayor de 65 años y enfermos crónicos.

El 3 de abril se extendió la restricción a personas menores de 20 años. Además, se estableció el uso obligatorio de mascarillas en lugares públicos, y se prohibió la entrada por 15 días a los municipios metropolitanos.

Cuando los casos superaban los 30 mil, el presidente Recep Tayyip Erdogan declaró prohibida la distribución de mascarillas con ánimo de lucro.

Sudáfrica

Es necesario resaltar que este país ha enfrentado distintos brotes, por lo que ha usado su aprendizaje de estos para combatir la pandemia del COVID-19. Su primer caso fue detectado el 5 de marzo, tratándose de un hombre de 38 años recién llegado de un viaje a Europa con su esposa. 

Veinte días después, se anunció el cierre de emergencia nacional y la realización de pruebas a toda la población. Cuando los casos sumaban los 1.280, se implementaron estrategias para la mejora de la detección de contagios. Un mes después, el gobierno anunció un estímulo de 500 mil millones de rand para enfrentar la coyuntura.

Actualmente, el país africano tiene 52.991 casos confirmados, de los que se han recuperado 29.006.

Australia

Su primer caso se confirmó el 25 de enero en el estado de Victoria. El paciente era un hombre que había viajado a la ciudad de Wuhan, el epicentro de la pandemia. Actualmente, este país presenta 7.267, de los que se han recuperado 6.720 y han fallecido 103 personas.

Cuando los contagios sumaban 681, en marzo 19, se suspendieron el 60% de los vuelos nacionales y todos los internacionales. Al día siguiente, hubo cierre total de las fronteras.

Una de las medidas más extremas se tomó el 13 de abril: se cerraron los hospitales Regional del Noroeste y el Privado del Noroeste para realizar una jornada de limpieza. Además, el personal y sus familias fueron puestos en cuarentena. 

Teniendo en cuenta la información de las cifras de contagio de cada país, es posible identificar una relación entre el comportamiento de la curva con las medidas adoptadas, su rapidez e intensidad. Sin duda, países como Australia y Sudáfrica -que no tardaron en actuar- presentan curvas mucho más aplanadas que las de Estados Unidos o Brasil. El tiempo de acción se consolidó como un factor esencial a la hora de tomar medidas.

Brasil, por ejemplo, ha decidido flexibilizar sus medidas cuando las cifras siguen aumentando de manera alarmante, demostrando poca reflexión y análisis de lo que ha funcionado en los casos mencionados anteriormente para aplanar la curva. Las medidas prontas sí tienen un efecto y, así como hay casos exitosos, también se pueden presentar casos de fracaso en el mundo cuando estas no son aplicadas y tomadas en serio. 

Y cuando se mitigue la pandemia, ¿qué?

Los países se verán obligados a fortalecer sus sectores de salud y tecnología para prevenir en un futuro una próxima pandemia (de seguro, inevitable), y otras regiones que seguirán implementando las medidas tomadas para detener el nuevo coronavirus.

Países como Corea del Sur o Alemania han tenido considerables tasas de contagio, mas no tan preocupantes de mortalidad, la última oscilando entre el 0,4 y 0,5%. ¿Cómo lograron manejar la pandemia de manera tan eficiente? La respuesta no se puede determinar con exactitud, aunque se infiere que la identificación temprana de los portadores del virus (Alemania) y la implementación de nuevas técnicas de rastreo de posibles contagiados (Corea del Sur) fueron la clave para frenar el esparcimiento del virus.

El estricto distanciamiento y constante testeo resultan ser las medidas más eficaces para detener el contagio. Si estas son debidamente adoptadas, los sistemas sanitarios no se verán colapsados. 

Así viajó el COVID-19 a Colombia

Los primeros tres meses del año fueron cruciales para la expansión de la pandemia. La cantidad de personas que entraban y salían de diferentes países fue uno de los factores determinantes para el esparcimiento de los contagios presentes en la actualidad. De hecho, el flujo migratorio fue lo que provocó que el virus se propagara  con  tanta fuerza por todo el mundo, hasta llegar a Colombia.

Con más de mil muertes y más de cuarenta mil casos confirmados, la curva de contagios en Colombia en las últimas semanas ha aumentado con mayor rapidez. Hace aproximadamente un mes, el Ministro de Salud Fernando Ruíz manifestó: “Hemos logrado aplanar la curva y contener la curva de contagio. Los resultados a los que pudimos estar expuestos podrían ser mucho más difíciles de los que tenemos ahora”. Este era el resultado que se buscaba obtener con la medida de aislamiento obligatorio. Sin embargo, la situación actual no deja de tornarse preocupante.

El día cinco de mayo, por ejemplo, el país registró por primera vez su cifra más alta de contagios desde el inicio del brote con un total de seiscientos cuarenta casos. Sin embargo, hasta el veintisiete de mayo se registró otra cifra más alarmante con un total de mil trescientos veintidós casos. Esto significa que se ha presentado un aumento del 104% en el número diario de casos detectados en el país.

Por otro lado, aunque las medidas como el cierre de fronteras lograron disminuir el riesgo de expansión del virus, el último decreto del Gobierno con las 43 excepciones que busca reactivar sectores de la economía se torna igual de preocupante que su tardanza para ordenar el cierre de los aeropuertos. Además, dentro de las medidas decretadas hace algunas semanas por el presidente Iván Duque, se estableció que los vuelos nacionales serán permitidos después del 30 de junio y los internacionales, en agosto. Sin embargo, para Harish Padmanabha, entomólogo de la Universidad de Florida, abrir las fronteras con otros países no supone un gran cambio, ya que existe un brote local. No obstante, el flujo migratorio nacional puede disparar el brote de contagios en las ciudades periféricas.

El tema del flujo migratorio fue una de las primeras preocupaciones para algunos gobiernos. Si bien países como Argentina, China y Canadá actuaron de forma rápida y contundente, Colombia -por ejemplo-, aún después de dos semanas de haberse presentado el primer caso, mantenía la mayoría de sus establecimientos públicos en funcionamiento. Las actividades en el sector migratorio no fueron la excepción. Padmanabha cree que la relación que presenta el flujo migratorio es directamente proporcional a las ciudades más grandes y, asimismo, aquellas que son céntricas de la economía y el turismo nacional.

Según el Ministerio de Salud, del 6 al 19 de marzo se registraron 108 casos en el país. El 80% de esos ingresaron por El Dorado, es decir, 82 personas que ingresaron estaban infectadas. Hasta esa fecha no se había ordenado cerrar los aeropuertos; solo estaba restringido el ingreso de pasajeros extranjeros no residentes al país. Esta medida permitió reducir considerablemente el ingreso de pasajeros en un 70% pasando de veinticuatro mil a aproximadamente siete mil, de los cuales un 96% eran colombianos y un 4% extranjeros residentes en el país.

Luego de eso, del 19 de marzo al 24 de marzo (fecha del último reporte que involucra los últimos vuelos recibidos) se registró un incremento del 350% en los casos. Esto equivale a una cifra de 378 casos confirmados; un 62.5% (236) provenientes del extranjero. Es decir, al cerrar el aeropuerto para personas extranjeras no residentes se mitigó en un 18% el aumento de contagios. A pesar de eso, los casos aumentaron al mantener los aeropuertos abiertos a personas residentes que se encontraban en el extranjero.   

Al analizar las bases de datos de Migración Colombia durante el primer trimestre del año, se evidencia el declive que sufrió el flujo migratorio en las diferentes ciudades del país. Sin embargo, en el caso de aerolíneas como Avianca, los vuelos nacionales e internacionales continuaron sus operaciones a pesar de que en otros lugares del mundo la cantidad de casos diagnosticados era exorbitante. Antes de decretar el cierre de fronteras, por ejemplo, el aeropuerto El Dorado registraba algunos vuelos entrantes desde Estados Unidos.

LOS PRIMEROS TIQUETES DEL COVID-19 EN COLOMBIA

Las cinco ciudades de Colombia con mayor flujo migratorio aéreo fueron Bogotá, Cartagena, Medellín, Barranquilla y Cali. En la base de datos de Migración Colombia se registró que Estados Unidos y España fueron los países que encabezaron la lista de entradas migratorias en estas ciudades colombianas. Al relacionar estos resultados con los datos del Instituto Nacional de Salud (INS), se logró revelar que dentro de los contagiados una gran parte de los casos importados provenía de estos dos países.

Esta relación se comporta de manera diferente en cada ciudad. Por un lado, Bogotá -actual epicentro de la pandemia con el 34.3% de los casos registrados a nivel nacional a finales de mayo- encabeza las listas del flujo migratorio -con aproximadamente 500.000 pasajeros- y también la de los casos detectados -con más de once mil contagiados-. En la base de datos, se encontró que los primeros reportes de COVID-19 en la capital del país fueron importados. El INS confirmó 99 casos procedentes de España, 79 procedentes de Estados Unidos y 24 procedentes de México. Ahora bien, como se mencionó anteriormente, los migrantes que más entradas hicieron a Colombia durante el primer trimestre del año provenían de Estados Unidos, Panamá, México y España.

En la segunda posición se encuentra Cartagena, otra ciudad turística que también presentó un alto flujo migratorio con un total de 141.584 migrantes. Aunque fue menor a la cantidad de pasajeros que recibió Bogotá, a nivel nacional se encuentra como la tercera ciudad con mayor número de contagios. Los primeros casos de Cartagena también fueron importados: cinco provenientes de España, ocho de Estados Unidos y uno de México.

La ciudad de Medellín también reportó un alto flujo migratorio con 112.320 pasajeros. Sin embargo, las cifras de contagio en Medellín no son tan altas en comparación con Bogotá o Cartagena; pues esta, hasta el pasado veintinueve de mayo, solo registraba 198 casos. A pesar de eso, los primeros diagnósticos también fueron importados: 28 provenientes de España, 19 de Estados Unidos y dos de México.

Por otro lado, en el occidente del país, Cali mantuvo un flujo migratorio moderado de 35.401 pasajeros. A pesar de que dentro de los primeros casos registrados 29 procedían de España, 19 de Estados Unidos y cinco de México, la expansión interna del virus se agudiza con el pasar de los días. A causa de esto, una de las principales preocupaciones de la alcaldía radica en que la ciudad se encuentra en exposición con los migrantes venezolanos procedentes de Ecuador, uno de los países más afectados por el virus en toda Latinoamérica. Para ellos, al parecer este factor de “migrantes irregulares” influye en la expansión de los contagios.

En Barranquilla, a pesar de que el flujo migratorio fue moderado con respecto a otras ciudades, con un total de 20.669 pasajeros internacionales, actualmente su número de contagios es de los más altos del país. Doce de los casos fueron importados de Estados Unidos  y diez, de España.

En Villavicencio, el flujo migratorio fue mínimo. Solo se reportaron 1.034 pasajeros; ni la mitad de Cali. No obstante, la cifra de casos sigue siendo alta. El 96% de estos se encuentra en la cárcel municipal de Villavicencio.

Después de comparar los datos, se deduce que los casos importados que registran las ciudades mencionadas concuerdan con dos países de procedencia: España y Estados Unidos, dos de los países con mayor número de casos en el mundo. Asimismo, todas las ciudades también presentan contagios procedentes de México.

Teniendo en cuenta que existe un mayor riesgo de contagio en escenarios donde se hay aglomeraciones y que los aeropuertos principales de Colombia entran en esa categoría, el constante contacto entre la cantidad de personas provenientes de diferentes partes del mundo era alarmante. Por ello, en el caso de Bogotá, al tener el principal aeropuerto del país, la probabilidad de que este flujo haya agudizado el contagio es mayor en comparación con otras ciudades. En todo caso, esta relación de variables deja al descubierto que, mientras el número de contagios actual aumenta de colombiano a colombiano, en un primer momento la llegada de migrantes influyó en la propagación del virus.