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Un paseo en decadencia

El Paseo Bolívar de Barranquilla es mucho más que una simple arteria urbana; es un testigo vivo de la historia cultural y económica de la ciudad. Este espacio ha sido escenario de múltiples transformaciones a lo largo de los años, y actualmente, bajo la administración del alcalde Alejandro Char, se están llevando a cabo esfuerzos por mejorar y embellecer la zona. La Alcaldía de Barranquilla, junto con estudiantes del SENA, está llevando a cabo un proyecto de embellecimiento en el Paseo Bolívar, en particular alrededor de la estatua de Simón Bolívar. Estas acciones forman parte del programa ‘Una Barranquilla Limpia y Linda’ (EL HERALDO, 2024).

Sin embargo, a pesar de estas inversiones, el Paseo Bolívar sigue enfrentando importantes desafíos. La inseguridad sigue siendo un problema serio, con comerciantes y vendedores ambulantes viviendo bajo la amenaza constante de los grupos extorsionistas. Según ASOCENTRO, desde 2013, los comerciantes han denunciado amenazas por parte de estos delincuentes. Un comerciante en el Paseo Bolívar lo resume de forma clara: “Aquí en el paseo varios de los vendedores hemos recibido amenazas, dicen que si no le damos lo que nos piden, las cosas se van a poner malucas”.

Esta situación no escapa ni a los vendedores informales, quienes ofrecen productos de bajo valor, como tintos. Muchos de ellos aseguran que deben pagar sumas desproporcionadas, que pueden llegar hasta los 50.000 pesos, lo que afecta gravemente sus ingresos. Estos testimonios revelan la dura realidad de un sistema de intimidación que frena cualquier intento de desarrollo en el centro de la ciudad. La extorsión sigue siendo un flagelo transversal, afectando tanto a pequeños como grandes negocios, y perpetuando un ambiente de miedo y tensión.

“El crecimiento de la extorsión ha sido sostenido en el departamento del Atlántico desde 2020, y Barranquilla es el municipio con mayor incidencia de este delito si analizamos la tasa por 100.000 habitantes” (ObservadoresCol, 2024). Además, otro factor que contribuye a la inseguridad es la falta de personal de la Policía Nacional en los alrededores. Aunque hay presencia policial, no es suficiente. Según datos recientes, Barranquilla registró 6.296 robos a personas hasta mayo de 2024, lo que representa un aumento del 15 % en comparación con el mismo periodo del año anterior (UAPSC, 2024).

El panorama del Paseo Bolívar es, por momentos, desolador. Las calles, lejos de ser atractivas, están llenas de basura y desechos. La infraestructura, que alguna vez reflejó la grandeza de la ciudad con su estilo Art Decó, hoy se encuentra en un estado lamentable, empañada por la suciedad y el abandono. Carlos Moreno, un frecuente visitante del Paseo Bolívar durante más de 40 años, lo describe como un “lugar sin dolientes”. Este deterioro, aunque no es responsabilidad directa de la administración, requiere una atención urgente para recuperar la belleza y el valor histórico de este espacio (EL HERALDO, 2011).

También persisten problemas de vandalismo, como el frecuente daño del monumento de Simón Bolívar con grafitis. Aunque el deterioro no es completamente culpa de las autoridades, es fundamental trabajar en iniciativas que fomenten el respeto y la conciencia sobre la importancia cultural de estos monumentos. Además, es necesario reforzar los programas que promuevan el cuidado del espacio público y la organización del área.

La resistencia de algunos vendedores ambulantes a reubicarse sigue siendo un obstáculo importante para mejorar la percepción del Paseo Bolívar. Muchos temen perder su clientela en nuevas ubicaciones. Alexander, un vendedor con 30 años de experiencia en el Paseo Bolívar, lo expresa de forma contundente: “He trabajado aquí 30 años, siempre ha sido mi lugar de venta; no queremos reubicaciones porque hay muchas personas que las han reubicado y no sobreviven con el salario que se ganan allá dentro porque pierden clientes y no hay ventas”.

Para que el Paseo Bolívar se convierta en un verdadero referente de Barranquilla, es crucial abordar estos problemas de manera integral. La colaboración activa entre las autoridades locales, los comerciantes y la comunidad en general es esencial para crear un entorno más seguro, limpio y atractivo para todos. Solo mediante un esfuerzo conjunto se podrá transformar este espacio en un verdadero orgullo para la ciudad, respetando su historia y promoviendo un futuro próspero para los que lo habitan.

Por: Daniela Ospina