FLORO MANCO: PATRIMONIO CULTURAL DE BARRANQUILLA

Por: Gabriela Arana.

En el cine, y desde los años 90, en la televisión de la región Caribe colombiana, los documentalistas han puesto su enfoque en la fiesta popular barranquillera El Carnaval de Barranquilla. Barranquilla, era el principal puerto del país, como lo aseguran los historiadores regionales, esta gozó de la ventaja de verse influida por ideológicas foráneas, como los adelantos tecnológicos que llegaban al país: la navegación, a vapor, la televisión, la radio, el ferrocarril, la aviación y claramente el cine. El Carnaval tiene poder debido a los primeros años del cine colombiano, con la pieza cinematográfica de 1914 ‘‘Carnaval de Barranquilla’’ grabada y dirigida por filmada por el fotógrafo italiano Floro Manco. Fue el primer documental autónomo realizado en nuestro país. Floro Manco nació en Scalea, Italia, el 10 de octubre de 1875 y es considerado el pionero del cine documental en Colombia. Su padre Antonio manco murió aquí en Barranquilla, se dice entonces que él quería conocer el sitio donde estaban los restos de su padre. (ROJAS ROMERO, 1997: 9). Manco hizo un recorrido por América Latina, recorriendo distintos países. Primero llego a Río de Janeiro, en Brasil, y entró a Colombia junto a su hermano Vincenzo por la ciudad de Ocaña, la ciudad fronteriza. Allí buscaron los restos de su padre, no se sabe si los encontró, pero en todo caso él quedó enamorado del lugar, encontró un paraíso en su época y pudo desarrollarse como fotógrafo porque en Barranquilla no había competencia en fotografía.

Floro Manco. Foto por Fundación de Puerto Colombia.

Manco llega a los Estados Unidos para adquirir conocimientos y equipos de fotografía. En 1913, regresa a Barranquilla, instala un estudio fotográfico y obtiene la representación de la Casa Kodak (NIETO IBAÑEZ, 1997: 57 – 67). Para entonces, sus compradores estaban conformados especialmente de inmigrantes acomodados. Allí se dedicó a retratarles los clientes en su estudio, próximo al famoso Club Barranquilla. Establece conexiones de amistad con la mayoría de su equipo, de esta forma también logró capturar tomas en sus bailes de Carnaval. Impactado descubrió la importancia social y cultural que estas festividades tenían. Siempre terminaban las sesiones en “cháchara” en el estudio de Manco y se dice que, en tal ambiente, haya surgido la idea de realizar un documental sobre el carnaval de Barranquilla. Con los equipos de cine necesarios emprendió su viaje cinematográfico, enfocando con su lente las festividades. Los periódicos aquella época lo señalaban así, por ejemplo, el periódico El Nuevo Diario: “Nuestro buen amigo, el inteligente artista Floro Manco, ha pedido al exterior todos sus aparatos necesarios para tomar una película cinematográfica, de los mejores pasajes del carnaval en este año. Nosotros creemos que la idea merece entero apoyo por parte de la Junta Directiva [probablemente del Club jul./dez. 2006 173 Carnaval de Barranquilla: De Floro Manco a la UNESCO. 100 años de patrimonio cultural inmaterial en el documental Barranquilla]” (NIETO IBÁÑEZ, 1997: 99).

Fotografía de vendedores de agua tomada por Floro Manco. Fuente: Fundación de Puerto Colombia.

Fotografía del mercado de frutas tomada por Floro Manco. Fuente: Fundación de Puerto Colombia.

Desde que inició el proyecto se tuvo mucha fe en el debido a que era de Floro Manco, ya entonces reconocido fotógrafo apreciado por la sociedad, por lo tanto, se tenían grandes expectativas de la película. Filmó algunas de las comparsas, como la llamada “La pastora de gansos”, de la que era director Pedro Pérez. Todos los diarios de la época se mantenían al tanto con el desarrollo de la película de Manco. Otro diario fue El Progreso, que describió el esfuerzo comunal al que se sometió Manco, quien gastó “más de tres mil pies de película”, lo que significó que el costo de la obra ascendió a algo así como $ 800.00 oro. Manco se propuso venderla a cualquier empresario de cine que le pudiera ofrecer una suma de $ 1 200.00 oro. En ese tiempo, la película fue adquirida por la Empresa de Kinematógrafos Universal, cuyos principales accionistas eran David López Penha y Carlos Martínez Aparicio, y se exhibió en el Salón Universal “… Durante ocho noches seguidas. Dicen los que asistieron a la prueba que es notable y tiene cuadros admirables. Felicitamos a los empresarios por la adquisición” (NIETO IBÁÑEZ, 1997: 99 - 101).

Al final fue presentada el 30 de marzo de 1914, y esto comentó la prensa: “Con bastante éxito fue exhibida en el Salón Universal la película del carnaval, tomada por el inteligente artista Floro Manco. El público la aplaudió mucho y salió satisfecho de haberse visto en el trapo blanco. El trabajo de la película no es perfecto, se comprende. Pero precisa tener en cuenta el esfuerzo hecho por Floro Manco, para grabar en la fotografía animada, la hermosa fiesta tradicional de esta ciudad. Nosotros creemos que en cualquier otra capital colombiana puede ser exhibida, con éxito, la película en cuestión” (NIETO IBÁÑEZ, 1997: 102). La película fue restaurada, pero no hay certeza de que las imágenes correspondan a esta cinta. Sin embargo; las probabilidades son altas, ya que hay muchas escenas de Carnaval. Una investigación con fotos de ese año tomadas por el mismo Manco o por otros fotógrafos de personajes y comparsas del Club Barranquilla, sirven para identificar y probar las fechas de realización.1 Revista Brasileira do Caribe, vol. VII, nº 13 Martha Sofia Lizcano/Danny González 174. El inmigrante italiano realizó otros tres documentales entre 1916 y 1918 [‘‘De Barranquilla a Santa Marta’’, ‘‘De Barranquilla a Cartagena’’ (1916); ‘‘El triunfo de La Fe’’ (1918)]. Dejó su oficio de fotógrafo en 1921, cuando se inclinó por la optometría, labor que ejerció hasta su muerte en 1954. Debido a esto, durante un largo tiempo de más de treinta años el Carnaval de Barranquilla no se tuvo en cuenta en ninguna producción cinematográfica, entre 1914 y 1951. La razón se desconoce, se sospecha que fue debido a la falta de motivación de toda índole, no solamente económicos sino además el traslado de los empresarios cinematográficos a ciudades como Bogotá, donde se puede ver había un mercado de competencia entre varias compañías, como los hermanos Di Domenico y los hermanos Acevedo. Desde Floro Manco no existió un cineasta nacido en la región.