Las otras seis fases en su orden de intervención serían la playa de Puerto Mocho, el paseo peatonal y tren eléctrico turístico del tajamar occidental, el saneamiento del recurso hídrico de la ciénaga de Mallorquín y del sistema natural como la cuarta intervención, el desvío y tratamiento de las aguas negras y vertimiento de las mismas al río Magdalena mediante un emisario fluvial, el freno de invasiones y de contaminación, y por último, la vinculación de la comunidad del corregimiento de La Playa al desarrollo del sector. El orden de prioridad de las fases parece estar invertido.
—En los próximos cuatro años este sueño lo queremos ver convertido en realidad. Hemos venido haciendo los estudios para el saneamiento de la ciénaga con nuestra empresa Triple A, pero lo importante para mí es saber y decirles que necesitamos su ayuda. Muchos de los que están aquí han luchado por esta ciénaga, por este río y por este mar…—.
El discurso del alcalde es interrumpido en ese momento por unas tres personas que claman y alzan sus manos a la derecha de la sala de cine, —…durante muchas décadas— contínua Pumarejo, —hablamos en campaña, hablamos cuando estábamos en la alcaldía pasada y conversamos con muchos de los sectores de pescadores y con la comunidad, y les he dicho, no vendan sus casas, aguanten un ratico, porque en unos años esos van a ser los barrios más codiciados de la ciudad— termina el alcalde tras una ovación, y se marcha a atender los periodistas en el recibidor.
Las soluciones a los vertimientos de las aguas residuales al arroyo León se harán en equipo con el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio. La playa de Puerto Mocho tiene como meta llevarla a bandera azul. Los barrios subnormales pasarán a tener acueducto y alcantarillado. La población de La Playa y Las Flores las formarán en tecnificación de la pesca y la siembra de alevinos, la preservación del ecosistema y la atención a los turistas, con capital para iniciativas microempresariales que les permita tener mayores ingresos y mejorar su calidad de vida.
Descrito así parece todo un sueño para una ecosistema tan vulnerado y una comunidad que lo ha padecido. La alcaldía expone recuperar las aguas de la ciénaga en un proceso de protección del medio ambiente y generación de turismo con criterios de sostenibilidad. Sin embargo, son más las preguntas que las respuestas las que se fraguan al salir de la sala de cine; ¿cómo será el saneamiento de la ciénaga?, ¿detendrán la contaminación y los puntos de vertimientos antes de proceder a sanearla?, ¿el foco ecoturístico será después o durante el saneamiento?, ¿qué pasará con la EDAR y qué hará la Triple A?, ¿habrá una planta de tratamiento con tecnología adecuada finalmente?, ¿cuál será el nuevo sistema de tratamiento de aguas residuales?, ¿cómo controlarán los contaminantes del río Magdalena que entran a Mallorquín?, ¿qué hay de la sedimentación y la erosión costera?, ¿de qué manera están involucrando a la comunidad aledaña y a la academia?, ¿qué papel juega la comunidad en todo esto?, ¿cómo medirán el impacto ambiental de la infraestructura?, ¿alterarán las rutas migratorias de aves y el hábitat de animales que anidan en Mallorquín?, ¿qué planean hacer con las personas que han invadido la zona circundante a la ciénaga?, ¿a dónde los trasladarán?, ¿qué pasará con Villa del Mar?… Hace falta leer la letra pequeña.
En medio de aplausos desencadenados por el espectáculo de una maqueta virtual en realidad aumentada, las mismas tres personas de hace un momento vociferan entre la multitud, pero esta vez parecen molestas. El sonido del video de fondo las opaca al comienzo. —Esto nunca falta en un evento así— comenta uno de los concejales a su compañero de asiento mientras intentan evacuar la sala. Alguna personas alegan que les den un micrófono, pero solo bajan el volumen de la proyección. Mientras la mayoría desciende hacia la puerta de salida, algunos periodistas y curiosos se quedan atendiendo lo que dicen los señores que agitan sus brazos con cada frase que reiteran.
—El alcalde habla de participación, cuando no ha sido así. Acá hay gente que vino de Mallorquín que no fue invitada y se enteraron por la prensa— añade uno de los ellos, docente de arquitectura de la Universidad del Atlántico, quien emana con más furor cada sílaba que pronuncia, —ese no es un tesoro escondido— continúa manifestándose, —lo tenemos aquí los barranquilleros; la comunidad y los pescadores han vivido muchos años luchando y no se le puede desconocer—. Una voz femenina amplificada se dirige a toda la audiencia y afirma que desde el 16 de enero el alcalde ha trabajado con la comunidad de Mallorquín, pero el señor sigue alegando que no está en contra del desarrollo.
En el recibidor de la sala de cine unas periodistas encienden sus grabadoras mientras un señor de tez morena les recalca que 700 pescadores están padeciendo muchos problemas por la contaminación de la ciénaga. —Mallorquín es uno de los cuerpos más contaminados y que presenta muchas dificultades, rellenos indiscriminados, contaminación por empresas químicas, la planta de tratamiento en El Pueblo, por eso el alcalde habló que la Triple A tiene que trabajar en conjunto con ellos, porque de nada sirve que se habilite ese ecosistema si el problema de alcantarillado continúa. Seguramente va a quedar como una tacita de plata. Desde campaña estamos en conversación con la alcaldía y vamos a realizar proyectos de ecoturismo. Queremos un cambio en la calidad de vida de nuestra gente— agrega el pescador y gerente de la Asociación de Pescadores de La Playa, Asoplaya, Jairo Palma.