Desafortunadamente, en Barranquilla y en muchas otras ciudades de Colombia, se ha normalizado la presión y las amenazas a periodistas para que no denuncien las irregularidades que encuentran al ejercer su labor, lo que implican una violación a la prohibición expresa de la censura en Colombia y a los estándares de la Corte Constitucional. Sin embargo, el temor de los periodistas a perder recursos de publicidad oficial, a que se le niegue el acceso a la información e incluso, a que atenten en contra de su vida y la de sus familias, hace que se sientan obligados a callar la verdad, que podría abrir los ojos de la ciudadanía ante el origen de ciertas problemáticas sociales.
La censura periodística representa una condena a la ciudadanía a permanecer mal informados, escuchando informes sesgados por una agenda establecida por los dueños de los medios, que, en el caso de barranquilla, también son quienes se mueven dentro de las esferas políticas, por lo cual sostienen intereses dobles y solo buscan favorecer a los grupos élites de la ciudad. Es por esto que es de suma importancia que las personas conozcan verdaderamente el perfil de los dueños de los medios, los cuales son, en última, aquellos que controlan la agenda informativa de los medios locales. A través de esta investigación buscamos visibilizar las problemáticas que enfrentan los periodistas en Barranquilla y evidenciar el poder de influencia que tendrían sus publicaciones en las decisiones sociopolíticas de la ciudadanía si no fuesen censurados.