El análisis de las cifras revela un patrón claro de descenso en la natalidad colombiana. Durante el período de 1998 a 2008, los registros anuales de nacimientos se mantuvieron consistentemente por encima de los 700.000, alcanzando su punto máximo en el año 2000 con 752.834 nacimientos.
Sin embargo, a partir de 2009 se observa un cambio significativo, los números comenzaron a fluctuar en el rango de los 600.000 nacimientos anuales, siendo 2009 el valor más alto de este período y 2021 el más bajo. Esta tendencia descendente se acentuó aún más desde 2022, cuando las cifras se redujeron al rango de los 500.000 nacimientos. Al considerar el panorama completo de los 26 años de estudio, el prñomedio general de nacimientos se sitúa en 674.906, una cifra que refleja las distintas etapas de esta transición demográfica.
María Dorys Cardona Arango, demógrafa y especialista en dinámicas poblacionales latinoamericanas, explica las transformaciones en los patrones de natalidad en Colombia. La transición demográfica colombiana ha sido notable, mostrando una clara tendencia descendente en la tasa de natalidad desde finales de los años 90.
Teniendo en cuenta los datos y gráficas presentadas, la demógrafa analiza como la disminución de 207.536 nacimientos en el período 1998-2023 representa uno de los cambios demográficos más significativos en la historia reciente de Colombia, confirmando lo que en demografía llamamos la “segunda transición demográfica”, característica de sociedades en proceso de modernización. El patrón que se presenta, con el punto de inflexión en 2009 y la dramática caída post-2022, coincide con transformaciones socioculturales fundamentales. El hecho de que el grupo etario de 20-24 años mantenga el mayor número de nacimientos, pero con una tendencia decreciente, es particularmente significativo desde una perspectiva demográfica.
En esto coinciden con una investigación de Doris Cardona Arango, doctora en Demografía de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, y magíster en Salud Pública de la UdeA, afirmó en su libro Salud y bienestar mental de la persona mayor en cinco ciudades de Colombia (2020-2022) que el país ha experimentado una aceleración en este tema frente al panorama mundial. «La tasa bruta de natalidad registró una reducción significativa: pasó de 46.35 nacimientos por cada 1000 entre 1950 y 1955 a 15.03 por cada 1000 entre 2015 y 2020. La población colombiana envejece de manera acelerada, lo que genera efectos económicos, sociales y de servicios de salud», escribió la investigadora. Teniendo en cuenta los datos y gráficas presentadas, la demógrafa analiza como la disminución de 207.536 nacimientos en el período 1998-2023 representa uno de los cambios demográficos más significativos en la historia reciente de Colombia, confirmando lo que en demografía llamamos la “segunda transición demográfica”, característica de sociedades en proceso de modernización. El patrón que se presenta, con el punto de inflexión en 2009 y la dramática caída post-2022, coincide con transformaciones socioculturales fundamentales. El hecho de que el grupo etario de 20-24 años mantenga el mayor número de nacimientos, pero con una tendencia decreciente, es particularmente significativo desde una perspectiva demográfica.
Las jóvenes colombianas no están simplemente retrasando la maternidad, están reconfigurando completamente su proyecto de vida. Los factores determinantes incluyen: el incremento en años de escolaridad femenina (que pasó de 6.5 años en 1998 a más de 10 años en la actualidad), la mayor participación laboral de la mujer (aumentando del 45% al 57% en este período), y un cambio fundamental en la percepción del rol femenino en la sociedad. Además, la crisis económica de 2008-2009 marcó un punto de inflexión en la mentalidad colectiva sobre la planificación familiar, reforzando la tendencia hacia familias más pequeñas como estrategia de adaptación socioeconómica. Comentó el Dr Cardona.
Mientras la generación X (nacidos entre 1965-1980) mantenía un promedio de 2.8 hijos por mujer, los millennials (1981-1996) han reducido significativamente esta cifra, y la generación Z (post 1997) muestra una tendencia aún más marcada hacia familias pequeñas o la decisión de no tener hijos. La investigación consideró tres períodos de análisis específicos, el reporte parcial de 2024, que comprende desde el 1 de enero hasta el 31 de julio, y los informes completos anuales de 2018 y 2021 (desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre). Este análisis se enmarca en una perspectiva temporal más amplia que abarca 26 años, desde 1998 hasta 2024.
La estructura del estudio se compone de distintas variables. La primera examina la edad de las madres, categorizada en nueve rangos específicos: (10-14); (15-19); (20-24); (25-29); (30-34); (35-39); (40.44); (45-49); (50-54) años. La segunda variable considera el nivel educativo de las madres, abarcando todas las etapas de formación: preescolar, básica primaria, básica secundaria, media académica, media técnica, normalista, técnica profesional, especialización, maestría y doctorado. También se incluyen casos donde no hay nivel educativo registrado o no existe información disponible.
El último censo nacional de 2024, reportado desde el 1 de enero hasta el 31 de julio, registra un total de 255,055 nacimientos. Al analizar la distribución por edad materna, ordenada de mayor a menor participación, se encuentra que el 26.66% corresponde al rango de 20-24 años, seguido por un 26.10% entre 25-29 años, 19.43% entre 30-34 años, 14.30% entre 15-19 años, 9.90% entre 35-39 años, 2.69% entre 40-44 años, 0.64% entre 10-14 años, 0.17% entre 45-49 años, y finalmente, un 0.01% entre 50-54 años.