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Por todas las que no pudieron hablar...

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Por: Miguel A. Movilla

Las estadísticas son abrumadoras: el acoso y la violencia de género son una realidad que afecta a mujeres de todas las edades, en todo el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en su vida. En América Latina, la tasa de feminicidios es la más alta del mundo, y Colombia no es una excepción. El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses registró 146 feminicidios en 2020.

El acoso se manifiesta de diversas forma, desde el acoso callejero, hasta el acoso virtual, familiar y laboral, y no es algo inofensivo, sino que puede llevar a la violencia sexual y tener consecuencias traumáticas a largo plazo. De hecho, el acoso y la violencia de género pueden tener un impacto negativo en la salud física y mental de las mujeres, así como en su capacidad para participar plenamente en la sociedad y en el mercado laboral. Según la encuesta de Percepción de Seguridad y Convivencia Ciudadana de Bogotá, el 64% de las mujeres en la ciudad han sido víctimas de acoso sexual en la calle, y el 21% ha sido víctima de violencia sexual en algún momento de su vida.

“Yo el consejo que les doy a todas es que hablen. Sé que es difícil, pero cuando contamos con las personas adecuadas y sabemos lo que valemos, y que nunca haya sido nuestra culpa. Aunque le hayamos dado nuestro consentimiento, si tú piensas que es abuso, es abuso”. — Valentina Martínez en una entrevista para El Punto Noticias.

Según un estudio publicado el 19 de febrero del 2023, las cifras del Instituto de Medicina Legal afirman que en el año 2021 los casos de violencia intrafamiliar registrados en Colombia fueron 46.615, mientras que de enero a noviembre de 2022 se reportaron 78.600 casos de los cuales 854 fueron mujeres internadas en múltiples hospitales de Barranquilla. Con base en ello, afirmamos que hubo un aumento de 68.5% en lo corrido del año en comparación con 2021.

Se tuvo la oportunidad de entrevistar a una mujer que decidió mantener su identidad anónima para contarnos la historia que comienza desde muy temprana edad con un hermano que abusaba sexualmente de ella, seguido de una madre que no creía en su palabra y la maltrataba tanto física como verbalmente. Después de soportar esto por años, esta mujer es obligada por sus padres a estar y tener un hijo con un hombre que también a abusaba de ella y la maltrataba no solo a ella sino al hijo que compartían. Escuchamos las historias de las múltiples veces que fue maltratada, de cómo aquel hombre en una ocasión ahogó al bebé en sus propias heces y a ella le tocó limpiarlo a escondidas porque él no se lo permitía. También cuenta cómo el hombre le robaba su dinero, la golpeaba y en una ocasión hasta abusó sexualmente de ella frente a su hijo.

El grupo de periodistas llevó a cabo una encuesta en Instagram para conocer más sobre la experiencia de las mujeres con respecto al acoso sexual en Colombia. Los resultados de la encuesta fueron preocupantes: el 51% de las mujeres encuestadas afirmó haber sufrido acoso sexual en algún momento de su vida, especialmente en las calles y el transporte público, como declaran de manera anónima. Además, el 89% de las mujeres encuestadas compartía su ubicación con alguien de confianza antes de tomar algún servicio público, lo que refleja la preocupación de las mujeres por su seguridad en espacios públicos.

Los datos de la encuesta del Centro Nacional de Consultoría de 2019 muestran que el problema del acoso en Colombia es mucho mayor de lo que se reporta oficialmente. El 53% de las mujeres han sido acosadas en la calle y el 71% han sido víctimas de acoso sexual en el transporte público, según la encuesta. Sin embargo, el 80% de las mujeres no denuncian el acoso sexual por miedo a las consecuencias o falta de confianza en las autoridades.

Según un estudio de Dejusticia, de 44 universidades estudiadas, cerca del 58% no presentan reglamentaciones para hacer un control efectivo contra el acoso sexual.

Hablamos con estudiantes de la Universidad del Norte y les preguntamos si habían sufrido algún tipo de acoso, a lo que todas respondieron de manera afirmativa alegando que les había ocurrido tanto dentro de la universidad como a sus alrededores y que se veían en la obligación de tomar medidas de prevención para intentar disminuir este tipo de vivencias.

“… Mejor no voy, o evito ir a fiestas con desconocidos. Es muy absurdo, pero el hecho de tener que resguardarte con otro hombre, llamar a un amigo y decirle porque es la única forma que ven para respetarte… es bastante fuerte. Siempre tienes que ir acompañada y tienen que ver que hay una figura masculina alrededor tuyo para evitar eso porque simplemente por ser mujer no interesa”.

Aunque el gobierno de Colombia aprobó en el 2019 una ley que establece penas más severas para el acoso sexual y que prohíbe la discriminación en el trabajo por motivos de identidad y expresión de género, además de campañas de concientización y prevención del acoso sexual en la vida cotidiana, es necesario tomar medidas urgentes para abordar este problema.

Las leyes deben ser más duras y efectivas para castigar a los acosadores, y las instituciones encargadas de prevenir y atender casos de acoso y violencia de género deben ser fortalecidas. Pero también es importante educar a la sociedad sobre la gravedad del acoso y la violencia de género, y promover valores de igualdad y respeto hacia las mujeres.

La lucha contra el acoso y la violencia de género es una lucha por los derechos humanos de las mujeres y es responsabilidad de todos trabajar juntos para erradicar estas prácticas y construir una sociedad más justa y equitativa para todas las personas, donde las mujeres no tengan que temer por su seguridad y bienestar.