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MADRES POR ELECCIÓN: EL AMOR QUE TRASCIENDE LA BIOLOGÍA

La maternidad no biológica es un acto de amor profundo que trasciende los lazos de sangre, donde abuelas, tías, hermanas y madrinas asumen roles fundamentales en la crianza de niños.
DANIEL ROJAS
02 DIC 2024-16:54 COT
En el caleidoscopio de la maternidad, existe una figura que a menudo pasa desapercibida, pero cuyo impacto es tan profundo como silencioso, la madre no biológica. Existen abuelas que crían a sus nietos, tías que acogen a sobrinos, hermanas mayores que se convierten en guardianas de los más pequeños y madrinas que se encargan del cuidado de los niños.  Todas estas mujeres, sin el vínculo de la sangre pero con el lazo inquebrantable del amor, cambian la perspectiva de lo que es ser madre en nuestra sociedad, no sigue las normas del típico rol de madre.  Es normal ver que en muchas partes del mundo existan abuelas llevando de la mano a un pequeño a la escuela, a hermanas que atienden a los más pequeños mientras sus padres trabajan, a una tía cargando a un bebé que no es suyo biológicamente, pero en el amor y la crianza lo es. Estas mujeres no solo llenan un vacío; crean un universo entero de cariño, disciplina y valores para estos niños en todo su crecimiento y desarrollo. La maternidad no biológica es un acto de valentía y generosidad que merece ser reconocido y celebrado. Estas mujeres a menudo asumen este papel en circunstancias difíciles: migración, enfermedad, ausencia de los padres biológicos. Sin embargo, lo hacen con una determinación y un amor que desafía cualquier obstáculo. Pero, ¿qué dice nuestra sociedad sobre estas madres sin certificado de nacimiento que las avale? Lamentablemente, poco. Las políticas públicas rara vez las tienen en cuenta, los beneficios sociales no siempre las reconocen, y la sociedad, aunque las admira en silencio, no siempre les da el lugar que merecen. La próxima vez que veas a una abuela, tía o hermana mayor que cuidan con devoción a un niño, recuerda: estás ante una madre en todo el sentido de la palabra. Una madre que eligió serlo, no por obligación, sino por amor. Y eso, queridos lectores, es la esencia misma de la maternidad.

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LA FIGURA DETRÁS DE LAS ALAS: UNA MADRE QUE DA TODO PARA SACAR ADELANTE A SUS HIJOS

El amor de una madre lo es todo. El anhelo de una buena educación para sus hijos es lo que impulsa a Ana Lucía Martes a dar todo de sí misma para enfrentar los desafíos de una economía con altos y bajos en el hogar.

Por: Sebastián Viaña

El timbre se oye cada vez más claro. Luego de varios minutos, logra distinguir el sonido de la alarma: es hora de levantarse. Con los ojos entrecerrados y mirada aún borrosa, logra distinguir que son las 5 de la mañana. Se coloca las sandalias y un leve sonido como el de un roce lejano invade la habitación. Camina hacia la cocina, y aún se siente tanto silencio como el de un salón vacío. Prepara el desayuno y el almuerzo del día y así está lista para irse al trabajo.
Hace 27 años Ana Lucía se encontraba en su punto de partida como Auxiliar Administrativo en Combarranquilla. Camino que la llevó a lo que es su actual cargo como Coordinadora de Afiliaciones dentro del área comercial.  Rodeada de 4 paredes y un escritorio lleno de material de trabajo y fotos familiares organiza la agenda del día. Sonidos lejanos de teléfonos y voces logran colarse en su oficina. Con su rostro relajado, enciende su computadora y se prepara para la entrega de otro informe.

Imagen compartida por Ana Lucía Martes

La estabilidad laboral dentro de la empresa la ha acompañado todos estos años, pero económicamente no ha sido un camino fácil para ella y su familia. Aunque ahora mira hacia atrás y se siente más tranquila, recuerda aún las piedras que hubo en el camino.
El comienzo y primeros años de maternidad
En 2001 se casó estando embarazada de su primera hija María Fernanda. “Digamos que fue un embarazo que no pensé que iba a pasar, pero, sin embargo; fue deseado”, menciona mientras una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro. Recuerda que en aquel momento se encontraba estable económicamente tanto ella como su esposo, pero esto fue algo que cambió repentinamente. “Al regreso de mi esposo de vacaciones le dieron la carta de retiro de la empresa donde estaba trabajando. Fue una época no muy fácil, pero gracias a Dios fue relativamente corta. Fueron casi 2 o 3 meses en los que no tuvo trabajo”.

Durante esos meses llenos de cambios, Ana Lucía recibió apoyo de su madre, quien se encontraba aun laborando y empezaba a hacer los trámites de su pensión. A los pocos meses, recibió la noticia de que iba a tener a su segundo hijo. La marea empezó a subir con el recibimiento de aquella noticia, pero la tormenta no logró desatarse. “Fue una época de ajustar un poco el bolsillo, pero se pudo encontrar un nuevo trabajo. Gracias al esfuerzo pudimos matricular a los niños en el jardín y tanto Ana Lucía como yo estábamos muy contentos”, menciona Emigdio Vicente, su esposo. Con el pasar de los años, la marea se mantuvo estable, pero tiempos más difíciles se acercaban dentro de varios años.

Imagen compartida por Ana Lucía Martes

Sentada en el comedor, frente a un mantel azul tan claro como el cielo hace memoria sobre los inicios de la secundaria de sus hijos. Cada año se mantenía estable, sin mucha variación con respecto al anterior. Al iniciar cada uno, debía preocuparse junto con su esposo por materiales escolares, uniformes, transporte, y el alimento que llevarían al colegio. Todo se mantenía como una rutina sagrada y se esperaba que para el año siguiente todo se mantuviera igual. Era como una fotocopia del año anterior en cuanto a rutina, con la diferencia de que aumentaba la carga académica y responsabilidades.
Los primeros años de secundaria fueron de los más estables económicamente, con ciertos desbalances, pero nada que no pudiera solucionarse rápidamente. “Mis papás siempre trataron de que mi hermano y yo tuviéramos todo lo que necesitábamos, y por eso estoy muy agradecida”, menciona su hija María Fernanda, aunque recuerda que la pandemia del 2020 pondría en juego la estabilidad económica de su hogar.
La pandemia por el Covid-19 y sus efectos
En medio de la crisis por el Covid‑19, muchas familias colombianas se vieron afectadas a nivel de ingresos económicos. El DANE, mediante un análisis de la situación de las familias con niños, niñas y adolescentes durante esta crisis registró que el 86.3% de personas en hogares con estos miembros manifestó no tener las posibilidades de comprar ropa, zapatos, alimentos, entre otros. Esta información corresponde a los meses de julio a septiembre del año 2020 frente al año anterior a la pandemia. Por otro lado, este mismo análisis se hizo en hogares sin niños, niñas y adolescentes, arrojando un resultado del 78.8%. El contraste de estos porcentajes evidencia que la afectación económica en los hogares con niños, niñas y adolescentes durante la pandemia fue mayor. Así como las restricciones frente a consumos.
Con la cabeza en alto y la mirada concentrada, recuerda aún como si hubiera sido ayer la pandemia por el Covid-19. Su corazón se arruga como una hoja de papel al recordar las dificultades que se presentaron. “Los primeros meses fueron de incertidumbre, como para todas las familias. Yo estaba preocupada porque María Fernanda había comenzado la universidad y yo aún tenía que seguir pagando el colegio de Sebastián. Por el semestre yo decía, Dios mío, de dónde voy a sacar 11 millones de pesos”. Gastos en alimentación, facturas del hogar, entre otros, fueron de las preocupaciones que enfrentó.
Su esposo había empezado recientemente como trabajador independiente vendiendo taxis, pero la llegada del virus y el confinamiento afectaron sus ingresos. Fueron meses en los que no recibió dinero por ventas, y la ausencia de personas en las calles y la poca demanda en el mercado no hacía la situación nada fácil. “Fue un tiempo en el que no hubo clientes”, recuerda su esposo. Con los ojos brillantes como pequeñas bolas de cristal y un nudo en la garganta, Ana Lucía revive la odisea que fue conseguir los recursos para la educación de su hijo y el nuevo semestre que se acercaba para su hija. “Fue algo traumático porque estábamos a la expectativa de si se vende o no se vende el carro”.
Durante ese tiempo, Ana Lucía llevaba pocos meses de haber sido ascendida a Coordinadora de Afiliaciones. “Si bien fue un aumento significativo, las cuentas aún no daban”. A pesar de que durante ese tiempo aún recibía apoyo de su madre, los ingresos no eran suficientes. El casco del barco empezaba a llenarse de agua lentamente. “Me dolía escuchar a mi hermana preocupada por el futuro de sus hijos, porque nosotras de pequeñas crecimos con la idea de dar lo mejor para nuestra familia”, menciona Angélica Martes, su hermana mayor.
En noviembre del 2020 fallece su madre, quien había sido un apoyo económico durante tantos años. Su fallecimiento fue repentino, como una tormenta que cae sin previo aviso. “Ella siempre nos ayudó de una forma u otra para que a los pelaos no les faltara nada. Eran sus únicos nietos”, mencionaba con una sonrisa triste. Con sus brazos y piernas cruzadas como un pequeño nudo, suspiró; recordando que más adelante, con ayuda de un crédito a través de su empresa lograría cubrir con los gastos de los estudios.
A comienzos del año 2021, la posibilidad de un crédito con la empresa donde trabaja se convirtió en una posibilidad. El camino empezaba a despejarse un poco más, pero la deuda seguía acumulándose. “Sacrificamos algunas cosas para que ellos pudieran tener esa educación que desde un principio yo anhelé”, mencionaba.
Para finales de ese año, su hijo se graduó del colegio. Con su cabeza inclinada hacia un lado y la mirada perdida en sí misma recuerda que a pesar de toda dificultad económica no quiso dejar pasar desapercibida la fecha. Como una mano firme sostuvo la felicidad de su hijo al hacer posible una celebración de grado, y así mismo, logró matricularlo en la universidad. “Yo se lo dije a Annie en ese momento y aún le sostengo que estoy orgullosa de ella. Yo sé que no fue una época fácil, pero gracias a Dios ella y Emigdio se mantuvieron en la lucha”, menciona su amiga de infancia Emna Sánchez.
Como piloto de avión, logró mantener firme el vuelo. El proceso de conseguir el dinero antes de cada semestre siempre se mantuvo complicado. Es como si hubiese una máquina del tiempo que acelera todo y cuando menos lo esperaba ya debía hacer un nuevo crédito. Sin embargo, esto no impidió que siguiera buscando alternativas para matricular a sus hijos. Era como un héroe sin capa, que, en lugar de volar, hacía todo honestamente desde un escritorio y rodeada de 4 paredes.

Imagen compartida por Ana Lucía Martes

Con sus ojos brillantes como dos pequeños soles y llenos de ilusión, Ana Lucía se mantiene firme para poder acompañar a sus hijos hasta el final de la meta. Durante tantos años ha estado junto a ellos, siendo la figura que les ha dado las alas para que puedan emprender su vuelo por sí mismos. Como mencionaba, “Aquí vamos, ya falta poco para que María Fernanda se gradúe de odontóloga. Continuaré con ellos hasta que terminen si Dios quiere para poder verlos defenderse por cada quién”. Como una madre que quiere lo mejor para sus hijos, siempre tendrá el deseo de darles lo mejor. Hasta el momento, el barco no se ha hundido. Seguirá su curso hasta llegar a su destino.
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UNA MATERNIDAD DOBLEMENTE CAÓTICA Y HERMOSA

Por: Juliana Iriarte

El concepto de maternidad es como una obra de arte abstracta, solo el pintor puede llegar a entender su verdadero significado. Cuando era pequeña, pintaba la maternidad con tonos de perfección y ternura. Crecí siendo una madre de mis muñecas, era mi juego favorito. Algunas requerían de más cuidado, por ciertas características, otras no tanto, pero nada que no pudiera manejar.  Así es como empiezan los sueños que muchos albergamos desde pequeños. 
Sin embargo, la realidad de la maternidad es tan diversa. Existen muchas formas de ser madre, pero solo escuchamos las típicas historias, que no nos damos el tiempo de conocer más allá del verdadero significado de ser madre. Pocas veces nos detenemos a imaginar cómo es la maternidad fuera de estos moldes de la sociedad, a pesar de que estas experiencias únicas pueden estar más cerca de nosotros de lo que creemos.
La maternidad tocó a la puerta de Yildana Galán hace siete años. En ese momento, cumplió su anhelado sueño de ser madre. Había dado a luz a su hijo Derek. Todo pintaba bien, hasta que al año y medio empezó a sospechar de ciertos detalles que indicaban que algo no estaba desarrollándose correctamente.  Yildana es fonoaudióloga, por lo que entiende el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Esta experiencia profesional se convertiría en una herramienta fundamental en su odisea como madre, aunque de una manera que no esperaba.
“Como estoy en el área de la salud, al año y medio empecé a notar algunas cosas que, pues no eran normales o dentro de lo esperado para un niño de su edad”, afirma. El lenguaje de Derek no se estaba desarrollando al ritmo típico, y su capacidad para seguir instrucciones parecía estar rezagada.
“Como padre, el proceso ha sido diferente pero igual de intenso”, comparte Jezabel, el padre de Derek. “Mientras Yildana identificó las señales desde su experiencia profesional, yo tuve que aprender todo desde cero. Sí me costó aceptar el diagnóstico, la verdad llegue a entrar en una negación, pero el amor hacía mi hijo era más fuerte”. Al principio, los médicos no llegaban a un diagnóstico definitivo, muchos exámenes, pocas respuestas, días y días pasaban. Hasta que, a los dos años, el psiquiatra infantil dio aquel diagnóstico “trastorno del espectro autista”. “Claramente cuando recibí el diagnóstico no se me hizo fácil” recuerda Yildana, “ya venía viviendo el duelo meses atrás y escuchar algo que ya tu sospechabas o presentías, que te lo confirmaran no era fácil”.
En este momento entra la tristeza, desesperación y negación, momentos que no esperabas vivir como madre. “Meses de duelo, aceptación, pero igual es un te secas las lágrimas, lo aceptas y tienes que seguir adelante porque partiendo de esa aceptación es que vas a sacar tu hijo adelante” afirmó Yildana tras recordar sus días más duros, lista para afrontar todo lo referente al mundo de las terapias, citas médicas, diagnósticos y sobre todo seguir las necesidades de su condición.
“Los padres que vivimos con niños experimentamos una maternidad caóticamente hermosa”, comparte Yildana con una mezcla de emoción y cansancio en su voz. “Pero cuando tienes un niño con una condición, esa experiencia se vuelve el doble de caótica y el doble de hermosa”.
La vida sigue, el mundo sigue girando. “Nosotros vivimos para Derek”, dice Yildana. Cada día se equilibra entre trabajo y necesidades diarias de su hijo, “Tu rutina cambia, estás constantemente pendiente de lo que hacen, de todas sus necesidades. Tienes que estar disponible para todas las citas médicas y asegurarte de que reciban buenos acompañamientos, terapias tras terapias, actividades, pero son cosas extras” explicó la madre. A medida que Derek crecía, su búsqueda por la mejora del desarrollo de su hijo seguía en curso, apuntándole a una buena educación adaptada a las necesidades de su hijo. Este nuevo capítulo prometía ser desafiante. Yildana sabía que la educación adecuada sería fundamental para el futuro de Derek.  “En el tema de la inclusión escolar, tiene muchas fallas, eso pasa en toda Colombia”, señala con frustración.
La vida sigue, el mundo sigue girando. “Nosotros vivimos para Derek”, dice Yildana. Cada día se equilibra entre trabajo y necesidades diarias de su hijo, “Tu rutina cambia, estás constantemente pendiente de lo que hacen, de todas sus necesidades. Tienes que estar disponible para todas las citas médicas y asegurarte de que reciban buenos acompañamientos, terapias tras terapias, actividades, pero son cosas extras” explicó la madre. A medida que Derek crecía, su búsqueda por la mejora del desarrollo de su hijo seguía en curso, apuntándole a una buena educación adaptada a las necesidades de su hijo. Este nuevo capítulo prometía ser desafiante. Yildana sabía que la educación adecuada sería fundamental para el futuro de Derek.  “En el tema de la inclusión escolar, tiene muchas fallas, eso pasa en toda Colombia”, señala con frustración.
“Como padre, uno desea que su hijo cumpla la etapa escolar de manera correcta. Pero la realidad fue muy diferente. Ver cómo los colegios nos cerraban las puertas o fingían una inclusión que no existía me llenaba de impotencia. Recuerdo las innumerables reuniones con directores y profesores, donde prometían adaptaciones que nunca llegaban. Fueron momentos muy duros, especialmente cuando veía a Derek.” Adjunto Jezael, su padre.
“Solo es decir que el colegio es inclusivo, pero realmente muy pocos, por no decir ninguno, están preparados”. La realidad que afrontaron era desalentadora, “Los colegios hacen inclusión en papeles, con adaptaciones curriculares, pero no las plasman con el estudiante”, explica. “En el colegio donde Derek hizo su jardín, en papel todo estaba bien, pero en la realidad no”. La búsqueda de una educación adecuada para su hijo se convirtió en una odisea. “Los colegios empezaban a evadir responsabilidades y lo que hacen es solicitar un acompañamiento escolar”.  Se implementó el acompañamiento para Derek, pero no sentían diferencia.
Lo sacaron de aquel colegio del barrio.
Buscando una atención más personalizada, cambiaron a Derek a otro colegio para cursar su transición. “Al principio todo iba bien, aparentemente”, recuerda Yildana. “Pero cuando eres un padre que está muy pendiente del proceso de su hijo, te das cuenta de las carencias”.  Comenzaron a solicitar los PIAR (Planes Individuales de Ajustes Razonables), las adaptaciones curriculares necesarias en casos de inclusión. “Realmente el colegio no estaba preparado ni había adaptaciones”. “Los temas que abordaban con Derek eran muy complejos para su entendimiento”. Problemas llegaban, el colegió insistió en un acompañamiento diario “Nosotros decíamos que lo podíamos asumir tres veces a la semana y que ellos se encargaran de dos días sin acompañamiento, para que ejecutaran lo que supuestamente tenían de inclusión”, explica Yildana. Sin embargo, los problemas persistieron.
Tras todos los obstáculos que pasaron por años con el tema de la educación, Derek fue sacado del sistema escolar tradicional.  “Los colegios pretenden que los niños con alguna condición se adapten a ellos, pero la realidad es que los colegios deben adaptarse a la necesidad de estos niños”, afirma con convicción. Actualmente, han optado por dar a Derek una educación en casa, teniendo en cuenta otras actividades para su desarrollo social con niños de su edad. A pesar de los obstáculos, la familia continúa abogando por una verdadera inclusión educativa no solo para Derek sino para todos los niños con condiciones.
La Historia de esta maternidad, de Yildana y Derek, ha sido solo un ejemplo claro del amor maternal y como este puede mover cualquier obstáculo que impida el bienestar de su hijo, incluso cuando todo lo que se planeaba casi que perfecto, se viene en picada. 

La educación es el pilar fundamental para el desarrollo integral de una sociedad, y en Barranquilla, este principio cobra especial relevancia. En una conversación exclusiva, Ibeth Castro, representante de la Secretaría de Educación, nos comparte una mirada profunda sobre cómo la ciudad está transformando el panorama educativo, con un enfoque decidido en la inclusión y el bienestar de los niños.

Por: María Fernanda Pichón



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INFLUENCIA DE LOS PADRES EN EL COMPORTAMIENTO DE LOS HIJOS

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Entrevista psicóloga experta en niños: Mariana Rendón
– Melany: Hoy tenemos el privilegio de conversar con la psicóloga, Mariana Rendon una destacada profesional en el campo de la psicología. Graduada de la Universidad Metropolitana de Barranquilla y cuenta con más de 3 años de experiencia, la doctora Mariana se ha especializado en el trato de niños, como terapia cognitivo-conductual, psicología infantil, entre otras, y ha trabajado con distintos pacientes ya, desde niños con trastornos de personalidad hasta aquellos en los que los padres buscan cierto crecimiento personal. Tocaremos un tema tan delicado como es la maternidad.
Psicóloga Mariana: Muchas gracias, Melany por tu invitación, para mi es muy gratificante, conversar de estos temas que muchos padres no le dan la importancia que se merecen y lo fundamental que es para la vida de los niños.
-Melany: Bueno me gustaría empezar esta entrevista preguntándote acerca de la relación madre e hijo, ¿cómo influye esto en el desarrollo emocional y social de un niño?
-Psicóloga Mariana: Bueno la relación madre e hijo es fundamental sobre todo los primeros años de vida ya que se establece la base para el desarrollo emocional y social del niño. Digamos que un vínculo afectivo y seguro promueve la capacidad del niño para regular sus emociones, desarrollar empatía y fomentar relaciones sanas con los demás, por el contrario, una relación marcada por falta de atención, conflictos y desapego puede llevar a dificultades emocionales como: ansiedad, problemas de conducta y afectar su habilidad para socializar afectivamente.
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Fotografías de nuestra entrevistada: psicóloga experta en niños, Mariana Rendón junto a su hijo, Salomon Riquette

– Melany: Interesante, bueno yo tenía un poco de conocimiento sobre esto de la importancia los primeros años de vida. Pero ahora cuando el niño va creciendo, ¿qué tan importante e influyente es la maternidad al momento de la formación de la autoestima y confianza de un niño?
Psicóloga Mariana: Cuando las madres ofrecen un ambiente de apoyo, reconocimiento y amor incondicional, los niños aprenden a valorarse y a confiar en sus propias capacidades. Esto es muy importante porque una autoestima solida permite a los niños enfrentar desafíos y desarrollar una mentalidad positiva ante la vida, digamos que esta interacción positiva y el esfuerzo de logros por más pequeños que sean son esenciales para cultivar esta confianza.
-Melany: Hablemos de la participación del papá, ¿qué papel juega la paternidad en la crianza de los hijos y cómo puede influir en la relación madre-hijo?
-Psicóloga Mariana: La paternidad juega un papel igualmente importante en el desarrollo de los hijos, digamos que un padre presenta no solamente proporciona apoyo emocional, sino que también es un modelo a seguir, su participación en la crianza puede influir positivamente en el comportamiento y la actitud del niño. Además, que también pues la dinámica entre padre y madre puede enriquecer la relación entre madre e hijo creando un entorno familiar más equilibrado y saludable para el niño.
– Melany: Claro, me imagino que la colaboración entre ambos fomenta habilidades de resolución de conflictos y una mayor comprensión del niño. Mariana para finalizar ¿qué impacto tiene en los niños el no tener alguno de sus padres o a ninguno de los dos? ¿Afecta en algo su proceso, en comparación con los niños que sí tienen a ambos?
Psicóloga Mariana: El impacto de la ausencia parental es algo muy importante porque la ausencia de ambos o alguno de los dos tiene un impacto muy significativo en el desarrollo emocional de los niños y también social. Hay muchos estudios que indican que estos niños pueden enfrentar un mayor riesgo de problemas de conducta, dificultades académicas, problemas de autoestima, la falta de una figura parental lleva a sentimientos de abandono e inseguridad
-Melany: ¿Y en contraste con los que sí tienen?
-Psicóloga Mariana: Bueno, en comparación con los niños que crecen con ambos padres, los niños suelen tener un apoyo emocional más sólido y acceso a modelos de conducta diversos porque pueden pues facilitar su adaptación y resiliencia ante desafíos de la vida
– Melany: Mariana muchas gracias por acompañarme hoy y por darnos todos estos consejos que obvio vamos a tener muy en cuenta. En otra ocasión seguiremos charlando sobre la importancia de la maternidad en los niños
Psicóloga Mariana: Gracias a ti, Melany. Claro que si, con gusto estaré aqui cuando me necesites
-Melany: ¡Gracias!

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