Querida Colombia: una patria sufrida, una patria en huída.
El avance de los años ha traído consigo un fenómeno migratorio internacional creciente. A diferencia de las olas migratorias de los años 60’, 80’ y 90’, no es exclusivo de una sola clase ni factor. El siglo XXI, en especial la última década, demarca el inicio de un movimiento de emigración constante de colombianos en donde una razón no es suficiente para definirlos como era posible antes. Emigrar es una decisión con matices económicos, sociales y culturales, que nos hace pensar si se trata de desistir de la búsqueda en el país propio, el intento fallido de construir en él o la desesperanza que este genera. La pregunta es :
¿POR QUÉ QUIEREN IRSE?
La violencia fue el primer motivador. Hoy es una violencia más radical, la de la desigualdad social. La barrera de estratos y su fuerza de gravedad que empuja a quedarse en la que naciste, sin dar fácil cabida al ascenso social.
El crecimiento profesional se ha convertido en un desafío. La falta de ofertas salariales tentativas y la misma oportunidad profesional de crecimiento ha llevado a una pérdida de capital humano. Sin embargo, surge la paradoja de la emigración, una baja de inversión humana que se vuelve motor económico de Colombia.
Hay un cambio de mentalidad. Emigrar no se trata más de una salida forzada sino una elección por deseo propio, donde es más fuerte la creencia de una mejor calidad de vida que el amor al país del realismo mágico.
Sophia Cortés
Sophia Cortés
Darling Jiménez, Sophia Cortés y Johnny Navarro
Johnny Navarro
Este especial fue desarrollado como trabajo de grado bajo la coordinación del profesor Juan Pablo Ferro