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ABEL MÚÑOZ: A LA GUERRA POR LOS SUEÑOS

Por: Darling Jiménez

Japón

5 de Noviembre, 2022

A: mi patria

Mi mama está casada, ella ya tiene su vida establecida aunque aún así quiere regresar. Mi hermana regresó en Junio de este año, estuvo por allá visitando a la familia, ella sí tiene ese sentimiento de volver muchísimo más fuerte que el mío. En realidad, si yo tengo ganas de volver, las ganas de ella son tres mil veces mayores por diferentes razones. El motivo principal es mi papá. Mi hermana y mi él son muy unidos y, aunque lleven muchísimo tiempo en la distancia, es algo que no ha cambiado y yo lo he notado.

En 2020 mi madre se gradúa en Derecho, sólo le hacía falta que le aprobaran la tesis. El mismo día que logra graduarse, fallece mi abuelo materno. Para ella, y para todo el mundo, el fallecimiento de alguien cercano como su padre, se vuelve algo muy fuerte más aún cuando no puedes estar allí presente para vivir esa pérdida de cerca. En ese momento todavía no teníamos la residencia y, salir del país significaba no volver a entrar por más de diez años que es el veto que usualmente te dan. Ver a mi mamá pasar por esta situación al mismo tiempo que su lucha constante en contra de la diabetes, me hace pensar que ella siempre estará más a gusto regresando a Colombia, tal vez no para vivir, pero sí para estar con su familia.

Hoy soy militante de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, pero ayer fui un estudiante buscando un mejor futuro. Había hablado con mi madre que yo quería buscar mi propio camino y no ser de esas personas que se quedan con sus padres hasta los 25 años. En Estados Unidos, a donde me fui a los 17 años, la cultura es que las personas terminan la escuela, salen a trabajar o a estudiar y se van de la casa. En mi ti que eres mi país, Colombia, sabes que es algo que no pasa. Son estilos y culturas de vida distintos. Mi padrastro es americano y yo, como persona que ha vivido desde hace un par de años en Estados Unidos arropado por la cultura, sentía la necesidad de hacer algo por mi vida más que quedarme en casa con mi familia.

Sinceramente, al terminar la escuela ya sabía que, si iba a ir a la universidad, iba a ser por medio del servicio militar porque, como lo dije antes, nunca he sido de querer poner esa presión del gasto en mis padres o también pensaba en la oportunidad de haber trabajado para poder pagarme la universidad. Es gracioso porque en Estados Unidos antes existían cinco ramas: Army, Air Force, Navy, Cuz Girl y National Girl, hoy en día también existe el Space Force. Habían muchas posibilidades pero yo lo único que sabía era que iba a servir. No sabía en qué rama pero, siempre tuve claro que ahí quería estar.

Como sabes, con respecto al valor de nuestra moneda, la universidad en Estados Unidos es carísima. Para un Colombiano promedio como yo, cuesta mucho y no hablo sólo de lo económico. Entonces yo ya había dejado por fuera la opción de, por lo menos, usar un préstamo universitario que es lo que la mucha gente en ese lugar hace pero, como resultado de ello, terminan debiéndole al prestamista un aproximado de 60.000 -70.000 dólares cuando finalizan su carrera. Esta es una experiencia que vivieron personas cercanas a mí y me la contaron. Personas que, de mi mismo entorno, han abandonado el país por situaciones similares.

Para mí, realizar un préstamo para financiar mi carrera ya no era una opción y, pedirle ayuda a mi mamá tampoco me parecía factible. Al graduarme de ‘High School’ empecé a trabajar de tiempo completo como mesero, pero sentí que el ahorrar ese dinero para poder estudiar me iba a tomar mucho tiempo y esfuerzo que, desde mi punto de vista, podía enfocar en algo que me brindara muchos más beneficios como lo hace el servicio militar.

En ese momento tenía como primera opción el Air Force y recibo una llamada de uno de sus reclutadores lo cual es algo normal, en Estados Unidos pasa mucho. Cuando terminas tu último año de escuela empiezas a recibir correos, llamadas, cartas de reclutadores y de escuelas lo cual es algo que me parce maravilloso de la educación allí porque empiezan empiezan a hacer esas conexiones por ti y te facilitan, de cierta forma, el tomar decisiones. Como joven preocupado por su futuro, ver que existen oportunidades que están allí para que simplemente las tomes siempre genera un alivio, aún más cuando vengo de ti donde, las oportunidades que se le brindan a los jóvenes son pocas.

Me preguntan si estoy interesado, a lo que respondo “sí”. Me hace preguntas personales sobre temas médicos, académicos y, acerca de mi estatus legal en Estados Unidos en ese momento. Le digo que acabo de recibir mi residencia. En ese momento no me había llegado pero ya había sido aprobada. Como ya había investigado acerca de los procesos para hacer parte de la milicia le digo que, si no estoy mal, con eso me basta para entrar al Airforce, a lo que el reclutador me responde: “Lastimosamente sí, la residencia es uno de los requisitos que tenemos aquí para que te enlistes; sin embargo, hay dos tipos de residencia: La primera que es válida por dos años y la segunda cuando te renuevan por diez años más. Aquí en el Air Force únicamente tomamos la que es por diez años. Si quieres unirte deberás esperar que pasen estos dos años y, luego, venir con nosotros.” En ese momento lo pensé y, realmente no estaba dispuesto a gastar dos años de mi vida esperando cuando, podría estar haciendo otra cosa. Nunca quise perder el tiempo. Entonces es cuando recibo una llamada de otro reclutador pero, esta vez de Navy. Me hace las mismas preguntas. Al llegar al tema del estatus legal le comento que apenas conseguí mi greencard pero que en Air Force me dicen que no puedo ingresar con esta a lo cual me dice: “No te preocupes. Aquí en la Marina no nos interesa si es la de diez años o dos, con tal de que sea permanente nos sirve. Ven a mi oficina, hablamos y analizamos qué trabajo te gusta. Tomamos el examen cuando quieras, sin presiones.”

Así lo hice, fui a hablar a la oficina y, desde ese momento, nunca más fui a otra. Cuando puse un pie dentro de la oficina de los Marines decidí quedarme, realmente me gustó mucho la forma en la que me mostraron que, si hay algún trabajo que me interese realizar, cualquier cosa, ellos tendrán el espacio para yo ejercerlo. Para mí es una bendición que tenemos quienes servimos en las milicias de Estados Unidos. Es la razón por la que muchas personas, incluido yo, decidimos hacer esto. Es tomarlo como un impulso o una herramienta que te sirva a ti para en un futuro conseguir lo que quieres, en mi caso, ir a la universidad. Yo termino mi contrato de cinco años teniendo 25 y puedo utilizar esos beneficios para pagar mis gastos universitarios por el resto de la carrera.

La primera vez que yo hablo con mi reclutador fue en Septiembre de 2021. A principios de Octubre voy por primera vez a MEPS que es un centro médico en el que te hacen preguntas y exámenes de todo lo relacionado con tu salud, exámenes de drogas, un ‘screening’ personal de todo tu cuerpo con respecto a ti, tu familia y tus relaciones para poder conocer si calificas para servir en la milicia de USA. Una vez yo paso todas esas pruebas, firmo un contrato para el trabajo que me ofrecieron que era ser el controlador aéreo y me dicen que debo ir en Diciembre para empezar el entrenamiento que es durante tres meses. Desde este momento tenía dos meses para compartir tiempo con mis seres queridos antes de irme; después de todo, son tres meses enteros en los que vas a saber muy poco de tu familia. En Navy no tenemos permitido usar teléfonos, aquí la única forma de saber qué está pasando afuera de tu campo de entrenamiento es mediante cartas que tu familia o amigos te hacen llegar.

En ese momento yo era consciente de que la fecha de irme ya se estaba acercando. Pasaron dos semanas desde la firma. Llega el 14 de Noviembre y nuevamente me llama mi reclutador y me dice “Uno de tus compañeros no se quiso ir. Eres el siguiente en la lista. Te vas mañana”. Recuerdo que, en ese momento estaba con mi mamá en la cocina sin saber que, antes de la llamada, ya debía despedirme de ella. Mi madre empezó a llorar. Ella sabía que ningún training para ninguna de las ramas es fácil. En mi caso, iría a una prueba que no es exigente solo físicamente sino también mentalmente. Allí fue cuando aprendí aquello que tanto me decían: Todo está en tu cabeza.

Llego a Parris Island, así se llamaba la base: ‘Marine Corps Recruit Depot Parris Island’. Lo primero que veo al bajarme de la camioneta es a un hombre de dos metros con una gorra que empieza a gritarnos. Desde ese día, hasta los siguientes tres meses, todo lo que los instructores te decían era gritado. Estabas totalmente aislado de tu familia. Lo único que tenías era la base. Fueron meses para dejar atrás todas las individualidades que como personas tenemos y que como parte de nuestra cultura en Colombia traía arraigada. Ahora que salí del training, entiendo que todo tienen un propósito pero, cuando estás dentro, ves que todos están igual de destrozados que tú. En esos momentos lo que te sostiene es pensar en las razones por las que estás allí. El entrenamiento me enseñó muchas cosas, entre esas a pensar más en la unidad.

Estar dentro es una situación compleja. Aún cuando en otras ramas puedes escoger específicamente el trabajo que quieres, en Navy es algo que no pasa. Aquí escoges un campo completo que puede tener dos o también entre veinte y treinta ramas. Yo fui suertudo y escogí un campo que sólo tenía dos áreas y me tocó el que quería, supongo que tuve buena suerte allí. Otras personas escogen áreas que tienen treinta trabajos distintos y les toca dedicarse a uno que no quieren entonces tienen que vivir cuatro años de su vida haciendo algo que no les gusta. Son cosas que pasan. Así como tampoco decides a qué lugar vas a ir.

Hoy estoy en Japón, a 14 horas y a 14,328 km de distancia de ti, mi país natal. No decidí venir aquí, fue el lugar en el que necesitaban que estuviera en este momento y, probablemente, el destino que acepté al escoger hacer una vida diferente a la que me podías brindar. Llegué hace dos meses y ahora reflexiono mucho acerca de la decisión que tomé. Siento que tal vez yo, con mis dieciséis y diecisiete años, no tenía la madurez suficiente para manejar la universidad desde mi posición y mis intereses. Ahora mismo le digo a todos mis amigos aquí que no le cierro las puertas a nada. Mi idea principal es estudiar los cinco años y, después, utilizar el beneficio económico para poder ir a la universidad. Ahora mismo mi deseo es estudiar mi carrera en la aeronáutica para poder ser un piloto pero si llega el momento en el que tengo que tengo que tomar una decisión entre firmar un contrato por otros cuatro años o simplemente retirarme e ir a la universidad, también sería válido para mí.

Sé que llegará el momento en el que tendré que tomar la decisión y lo haré basándome en cómo me encuentre y en la situación que esté viviendo. Estoy abierto a cualquiera de las cosas. Estoy abierto a, tal vez, firmar otro contrato y perseguir una carrera militar, estoy abierto a simplemente retirarme y perseguir la carrera que realmente me interesa o a perseguir un trabajo con la carrera que, gracias al servicio militar y a los marines estoy certificado, en el mundo civil también es una carrera muy bien pagada. Siento que todavía no es momento de tomar esa decisión y, me siento agradecido de por lo menos tener la opción de decidir qué es lo que voy a querer hacer en un futuro.

Cuando estuve en Parris Island fueron trece semanas de entrenamiento. Terminé graduándome el 11 de Febrero de 2022, este año, y recuerdo que, en la semana diez, teníamos un Domingo que era la primera vez que tenemos un tiempo libre. Nos dejaron salir y rentar un teléfono. Lo primero que hice fue llamar a mi mamá. Fue la primera vez que lloré por teléfono. Escuchar su voz después de tres meses de sólo leerla a través de cartas fue un momento muy especial para mí. Mamá sólo me preguntaba que cuándo nos veríamos y yo no paraba de decirle cuánto la amo y la extraño. Ese día pude hablar con ella y con mi hermana. Después de allí, pasaron dos semanas más hasta que por fin las pude ver. El 10 de Febrero de 2022, al finalizar los tres meses. Supongo que son ese tipo de cosas a las que debes apostarle si quieres lograr lo que deseas.

Para el próximo año planeo viajar a visitarte porque, así como me siento agradecido con Estados Unidos por las oportunidades que me ha brindado, no significa que no sienta ningún tipo de aprecio por ti. Puede que haya tenido mis razones para dejarte y, siento que no es una situación que me pasa solamente a mí como tu hijo sino con los colombianos en general. Pienso que no nos brindas las oportunidades que merecemos. Siento que me fui porque tal vez en Estados Unidos se me brindaron oportunidades que en ti no encontré y, no es el hecho de que me des las cosas gratis como muchos llegan a pensar. El hecho de tener la oportunidad de ganarme las cosas es algo que aprecio mucho.

Sí planeo volver. Sinceramente no para vivir sino para visitar. No me quiero desconectar completamente de mi patria, pienso que no hay nada como la tierra de uno y la familia. Simplemente ahora mi vida es otra pero, aún desde lejos, seguiré trabajando por mis sueños bajo el recuerdo de lo vivido.

Abel Muñoz.

Marina de Guerra de Estados Unidos.