Por: Darling Jiménez
En un pueblo al sur de Alemania en Baden-Wurttemberg. Heriberto Pérez establece su proyecto de vida el cual inició hace siete años con la decisión de estudiar en la universidad y continúa hasta hoy sin ponerse límites.
Al salir del colegio, decidió estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad del Norte, lo cual considera algo inapropiado tomar una decisión tan importante a tan solo dieciséis años de tu vida. En tercer semestre decide cambiarse de carrera a Ingeniería Civil, en la misma universidad. Hasta este punto no había sido consciente de lo importante que serían sus notas en la construcción de su futuro, hasta que su prima, tres años mayor que él, empezó a explicárselo.
Piensa que, aunque en la universidad aún se está dentro de una burbuja sin conocer muy bien lo que sucede en el mundo, fue en esta etapa en que empezó a diseñar su plan de vida. Se enfocó por subir su promedio y estableció su proyecto de vida de tal manera que, finalmente, le permitiera migrar. En noveno semestre realizó su proyecto final y se fue a Alemania. Ya había conseguido sus prácticas para poderse graduar y, también, para poder hacer un enlace con el país y quedarse en el futuro allí.
Para Heriberto volver a Colombia no tiene mucho sentido. El factor económico y las oportunidades han pesado. Su madre es responsable de cuatro hijos, el pensar en estudiar en el exterior significaría endeudarse con algún préstamo. Reconoce que, para él, no es fácil estar a nueve mil kilómetros de su gente. Cuando migró, sus tres hermanos aún estaban muy pequeños y, hoy, cuando los ve siente nostalgia al pensar en lo mucho que han crecido mientras él ha estado lejos persiguiendo sus metas; aunque en el fondo ellos también reconocen todo el esfuerzo que su hermano ha hecho y tienen presente que no hay límites.
Se encuentra en la tarea de guiar a sus hermanos en el camino que deseen seguir para que puedan ver las oportunidades que el mundo les puede ofrecer, así como él ha podido vivir. “Si yo hablara con mi yo de diez años y le cuento todo lo que está pasando en mi vida ahora mismo, me diría que estoy loco, que esas cosas no pasarán nunca. Creo que uno de joven no está pensando en nada en serio. Los últimos cuatro años de mi vida han sido de muchos cambios. Hace cuatro años empecé a estudiar alemán, hace tres años me vine a vivir a Alemania, hace dos años hice mis prácticas en este país y hace un año empecé a trabajar. Ahora mismo firmé con otra empresa que es mucho más grande que en la que estaba. En unos meses cumpliré 25 años y hoy sólo puedo pensar que el cielo es el límite. Estoy abierto a cualquier posibilidad”. - Heriberto Pérez