Por: Gloria Melissa Ángel Pérez
Ana Paredes es la señora que compone las canciones para los niños del pueblo, la señora que aún pide y le canta a la Virgen de la Caracucha, aquella virgen que según ella cuenta, fue robada por una señora andrajosa para llevársela a Cartagena.
Para llegar a la casa de Ana Paredes sólo hay que preguntar, algo común de las personas que habitan por estos pueblos, es conocida como la ‘’señora Ana Paredes’’, religiosa, nacida en el 60, y, ante todo, compositora para los niños de la acción comunal.
Hay que abrir un portón de zinc y gritar en voz alta ‘’buenas’’ para que los perros avisen que entró alguien por la otra entrada de la casa, ahí se encuentra la señora Ana Paredes, cuando no está en la iglesia o en la casa de acción comunal, está en el patio cocinando a fogón de leña o componiendo para enseñar en la semana los versos para los niños del pueblo. ‘’Esto que pasó de la Violencia me ha llenado de valor’’, dice, que el conflicto le dejó la fortaleza.
Atrás de Ana se pintaban hermosas plantas, regadas y sembradas por ella, tiene de todo tipo y cada una la llama por un nombre, para conversar entona una voz fuerte, muy segura de sí misma y de las respuestas en nuestra conversación.
Es la mayor de sus hermanos, y se le mira con gran lamento en sus ojos, cuando recuerda la muerte de uno de ellos, murió en el 2001 justo después de la masacre de Chengue, ‘’fueron por los nervios’’, dijo, ‘’pero no hablemos de eso, ahora hay que mirar las cosas buenas’’ agregó.
Ama escribir, y recita cada frase al son de los pájaros que se escuchan a lo lejos, cada lírica hace alusión al desplazamiento y a la paz; la señora Ana llegó a la ciudad buscando trabajo, y cuenta que no faltaba decir de donde era, para ser juzgada por ser desplazada, pero eso no la detuvo para dedicarse a las letras, en donde repite una y otra vez, que eso ya pasó y que ahora, debemos pensar de otra forma.
‘’Con amigos y vecinos me tuve que desplazar,
huyéndole a la violencia, y ahora estoy en la ciudad
pásaba hambre como loco, no sabía que iba a hacer
animales y sembrados, los tuvimos que dejar,
el campesino infeliz, muerto de hambre y estropiado
ahora llega a la ciudad, le gritan: es desplazado’’
Su mayor refugio está en Dios, y en la Virgen de la Caracucha, a quienes también les compone cantos y versos. ‘’Yo solo le recitaré mis versos y las canciones, porque así es como superamos en comunidad y le enseñamos a la nueva generación’’, afirma.
La señora Ana Paredes, la compositora de Don Gabriel y devota de la Virgen de la Caracucha, se ha refugiado estos últimos años en la lectura bíblica, en enseñar la palabra de Dios y en componer versos y canciones para la comunidad Montemariana, y así como siembra y riega las plantas, de esa manera, quiere cosechar cosas nuevas para que Don Gabriel y toda la región de Montes de María, sea recordada por la resistencia y por los versos de cada una de sus composiciones.