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Yaneris García: el sueño de tener su casa propia

Por: Sophia Cortés Piñeros

Hace 3 años la vida de Yaneris del Carmen García y la de su familia cambió por completo cuando su esposo adquirió un lote en Ciudadela de Paz. Residían en arriendo en un apartamento en el barrio Los Ángeles II de donde salieron con la ilusión de ser dueños de su propio techo y construir su casa. “Lo único que estaba era el techo, y así nos metimos, ese día hubo un aguacero y fue horrible, sufrimos pero vamos pa ́delante”, dice Yaneris recordando su primer día en el barrio.

En la fachada de la casa se ven las tablas de madera que con esfuerzo su esposo puso una por una para darles un lugar donde vivir a Yaneris y sus tres hijas (de diez, ocho y dos años). Lo que no sabían era que el lugar donde con tanta ilusión se mudaban era un barrio ilegal, donde no contaban con los mismos servicios públicos que sí gozaban en Los Ángeles II, y la lluvia ahora era su peor enemigo. Confiados en que la longevidad del barrio era sinónimo de que debían tener los servicios básicos, relacionándolo a que su anterior barrio con menor tiempo si los posee, se fueron sin pensarlo para poder tener su casa propia desconociendo las condiciones de vida a las que se enfrentarían.

“Cuando viene la lluvia es horrible, yo quisiera irme corriendo pero ya estamos aquí”.

Al observar que más personas estaban mudándose en el asentamiento, construyendo sin problema y teniendo referencia de que la persona que les vendió el terreno era una señora seria no vieron ningún inconveniente, puesto que no eran los únicos. La familia de Yaneris es una de las muchas que se ven bajo el engaño de arrendar o comprar parcelas en Ciudadela de Paz, de las cuales los “dueños” no poseen escrituras y aún así hacen negocios con el terreno.

Una vez ubicados en su nuevo hogar se dieron cuenta de que el barrio no estaba legalizado, pero ya no había vuelta atrás. Para Yaneris y su familia no existe otra opción, al igual que para el resto de familias que no tienen a donde ir y anhelan una casa, y se ven obligados a tener que pagar un arriendo o comprar un terreno, sin recibir una escritura que los haga acreedores de la propiedad.

A razón del cambio de barrio, sus dos hijas mayores ingresaron al Mega Colegio I.E.D. Villas de San Pablo, que está ubicado en el barrio más cercano. Yaneris cuenta que “el proceso para desplazarse es horrible, a veces llegan sucias al colegio, y toca limpiarlas”. Las niñas han optado por caminar descalzas para evitar ensuciar sus zapatos. Esta es la realidad que no solo viven sus hijas sino también el resto de niños de la comunidad que se ven obligados a asistir a escuelas ubicadas en barrios aledaños, porque en Ciudadela de Paz solo cuentan con el Colegio Elisabeth Vassal, que ofrece hasta segundo grado de primaria.

“Muchos niños se devuelven porque no los quieren recibir al estar sucios. No saben de la situación que tenemos nosotros acá”.

Al comienzo, las hijas de Yaneris estaban reacias al hecho de tener que vivir esa aventura poco plácida, pero con el tiempo entendieron que es la única forma de seguir estudiando. La lluvia es señal para ellas “de que viene el sufrimiento, pero nunca han faltado al colegio. Así van”.

“El miedo es que ya estamos aquí, que construimos con lo poquito que tenemos y vengan a quitarnos lo que con tanto esfuerzo construimos”.

El gran miedo que tiene la familia de Yaneris, así como las que llevan tiempo en la zona y las últimas que han llegado sin saber de la ilegalidad del barrio, es que los entes encargados lleguen y se vean forzados a desalojarlos. “No tenemos a donde irnos, en estos momentos no se adonde nos iríamos”, dice Yaneris. A pesar de los inconvenientes afirma que se siente feliz en Ciudadela de Paz bajo su propio techo.